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R.F.
Martes, 21 de mayo 2024, 12:45
El Comité de Empresa de Calecar y el delegado de Personal de TAR, ambas filiales del Grupo Alsa en León, han anunciado una medida de fuerza contundente ante «la falta de voluntad» de la empresa para atender sus «demandas justas y respetar nuestros derechos laborales».
Después de meses de negociaciones infructuosas y de sentirse «manipulados y engañados» por la dirección de la empresa, se ven abocados a tomar una acción drástica: a partir del 3 de junio iniciarán una huelga indefinida.
A juicio de la parte sindical, la empresa ha dejado claro que no está dispuesta a ceder en puntos cruciales para «el bienestar y la dignidad de los trabajadores».
Apuntan a los horarios sin definir, sometiéndose a una disponibilidad de 15 horas al día, mientras que al mismo tiempo «pretende imponer una vigilancia extrema» mediante cámaras de seguridad que serán utilizadas como herramientas de «control y sanción arbitraria».
Por todo ello entienden que su situación es «inaceptable», en la que la empresa busca perpetuar un modelo de trabajo «precario, deshumanizado y basado en la opresión constante de sus empleados». De hecho, hasta ahora habían convocado parones en días concretos en los que han trabajado con servicios mínimos.
Ha sido un periodo de incertidumbre con reuniones y negociaciones mientras avanza la agenda prevista y que no comparten los trabajadores. «Nos negamos rotundamente a ser tratados como meros engranajes de una maquinaria empresarial que no valora nuestra salud, nuestra vida personal ni nuestros derechos fundamentales como trabajadores».
Los sindicatos piden para sus representados un trato de «dignidad, respeto y justicia» y señalan que esta huelga es por todos los trabajadores del transporte que se enfrentan a condiciones laborales injustas y abusivas en todo el país. «Es una llamada de atención a todas las empresas que intentan socavar los derechos laborales en aras de maximizar sus ganancias».
Por último, hacen un llamamiento a la solidaridad de la comunidad, a los compañeros de trabajo y a todas las personas que creen en la justicia social para apoyar en esta lucha por sus derechos fundamentales.
«Estamos dispuestos a resistir el tiempo que sea necesario hasta que las empresas de Alsa reconozcan nuestras demandas legítimas y se comprometa a negociar de buena fe. No descansaremos hasta lograr un cambio real y significativo en nuestras condiciones laborales».
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