El día que el terror estalló en León

León ha vuelto a recordar que hace 24 años la vida se paró en la ciudad. El plomo y la vileza eligieron a la capital, a cientos de kilómetros del País Vasco, para sembrar un terror que en el viejo reino solo se vivía por la tele.

La ciudad ha rendido este viernes un homenaje militar y civil al comandante Luciano Cortizo, asesinado el 22 de diciembre de 1995 por la banda terrorista ETA en León. 24 años de aquella mañana en la que una bomba lapa destrozó la vida del militar gallego residente en León y dejó gravemente herida a su hija Beatriz, además de a otras tres personas.

Así lo ha recordado el general Luis Carlos Torcal Ortega, jefe del Mando de Artillería de Campaña que, junto al alcalde de la ciudad, José Antonio Diez, presidió el acto. «El sacrificio de la propia vida merece siempre el máximo reconocimiento de las Fuerzas Armadas, el de los compañeros de la Unidad donde el militar fallecido prestaba servicio en el momento de entregar su vida y el de todos los ciudadanos», expresó en la cita.

La placa colocada en su día por el Ayuntamiento, añadió, «nos recuerda que ningún asesinato a sangre fría puede ser justificado. No podemos olvidar que Luciano fue asesinado por el simple hecho de ser español, de ser militar».

«Es importante reconocer y recordar a todas las víctimas de esa barbarie de la banda terrorista ETA», destacó el alcalde, José Antonio Diez, quien el día del suceso se encontraba fuera de la ciudad, aunque recuerda que el atentado «impactó de manera importante».

La salva de armas y el desfile rindieron homenaje y recuerdo a Cortizo, cuya trayectoria mantienen viva su hija Beatriz y su viuda Margarita, que recibieron un ramo de flores del general del Maca, Luis Carlos Torcal.

El subdelegado del Gobierno en León, Faustino Sánchez, describió la cita, que contó con una nutrida representación de responsables de las Fuerzas Armadas y a la que asistieron también los familiares de Cortizo, con su viuda a la cabeza, como un «acto merecido, justo y lleno de emoción».

Por su parte, el senador Antonio Silván reclamó que «los asesinos cumplan íntegramente sus condenas y no tengan ningún tipo de capacidad ni determinación para decidir sobre el futuro de España. Los leoneses no queremos que los asesinos o quienes les representen tomen ninguna decisión sobre el futuro».

Sergio Polo, autor del asesinato, fue condenado a 110 años de cárcel por aquel vil y cobarde atentado que hoy recuerda León bajo un cielo gris con la esperanza de que aquel pasado nunca vuelva a ser presente.