'Terracotta', el éxito leonés en Madrid

Una cocina honesta, con oficio, muy apegada al producto del día, a la calidad y a los buenos fogones. Todo, salpicado con la mejor coctelería (la sangría y sus variedades son una de las estrellas) y envuelto por el detalle de su singular interiorismo.

El artífice de una obra que hoy tiene un enorme reconocimiento en el sector es el leonés Ignacio Sánchez Morán. Curiosamente, un criminólogo. «Estudié criminología, pero siempre me llamó la atención el mundo de la restauración. No me llamaba la atención la cocina, o la sala, sino el cómo se gestiona una empresa de restauración desde dentro», ha asegurado a leonoticias.

Un interés derivado de las necesidades de un negocio con «materia prima de consumo preferente». De ahí que Ignacio se decidiera por realizar un «máster de gestión económica en restauración», además de adentrarse en los fogones «para conocer el negocio al completo».

Fue precisamente en esa introducción a las tripas de la restauración cuando realizó un «curso de cocina profesional» y donde estableció contactos que «fueron clave para lanzar el proyecto». Entonces comenzó a tomar forma 'Terracotta', un proyecto de lenta digestión y en el que se ha medido cada uno de los pasos.

«El proyecto tardó en desarrollarse cinco años», ha reconocido a leonoticias. «Analizamos las carencias del mercado y comenzamos la búsqueda de un local. No fue un proceso sencillo porque los locales para restauración tenían unos precios desorbitados. Tardamos cuatro años en encontrar este local, que era una galería de arte», recuerda.

Ser un local ajeno a la hostelería permitió a Ignacio Sánchez comenzar el proyecto con un folio en blanco: «Partimos de cero, con lo que eso supone. Lo bueno es que podíamos hacer el diseño del local con una visión 360 pero asumiendo la fuerte inversión que suponía acometer un proyecto así».

Y ahí germinó 'Terracotta', arcilla modelada y endurecida al horno, el primer material artesano con el que se levantaron imperios y se engalanaron palacios y mesas 'amasado' hasta conseguir un restaurante único en Madrid. Un local singular, discreto si se quiere, muy amable, agradable para todos los sentidos, funcional y que hace soñar con los aromas perdidos en el tiempo.

«Nuestra artesanía gastronómica habla en plural de lo que te encontrarás en la mesa y en nuestro espacio, un concepto global donde la atención al detalle se encuentra en fondo y en forma», se remarca desde la dirección del local.

'Terracotta' es ante todo «cercanía». Un concepto «que siempre hemos tenido presente a lo largo de todo este tiempo. Somos como una pequeña familia y queremos que el cliente así lo aprecie». «Queríamos volver al origen de lo que es cocinar. Se han acortado procesos y preelaboraciones y hemos querido recuperar el encanto de lo que es la artesanía en la cocina. Todos los materiales son naturales y nuestra carta varía en función de lo mejor que nos ofrece el mercado en ese momento», añade Ignacio con verdadera pasión.

Si se visita 'Terracotta' el cliente podrá disfrutar de platos maravillosos y de un entorno en el que se ha cuidado con mimo cada detalle. Las paredes tienen arena y conchas marinas, por ejemplo.

Un año de experiencia de este restaurante deja sobre la mesa un balance «muy positivo». «Los inicios no fueron sencillos, abrimos un 15 de diciembre y enero siempre es un mes complicado en este sector. Pasado ese periodo comenzamos a ir hacia arriba, la gente que acudió a visitarnos, siempre nos ha dado una segunda oportunidad y el resultado hoy es para estar satisfechos», también advierte este empresario inagotable a la hora de trabajar día a día, sin descanso.

Tanto sacrificio se nota al abrir la puerta de 'Terracotta', un territorio de buena cocina, de enorme empeño en la restauración y un ejemplo de saber hacer. Un territorio leonés en el corazón de Madrid, eso también.