Arte plasmado en la piel

Olvidándose del calor asfixiante que inunda las calles de León a media tarde, Paco Denia, tatuador residente, plasma una finísima letra M en el brazo de una de las cientos de personas que pasan por Meridian Tattoo Studio León. Con el «mismo cuidado y concentración que si fuera un retrato» pero con la relajación que puede permitirse gracias a sus años de experiencia, charla distendidamente a la vez que traza los últimos retoques de su diseño.

Un trabajo que, considera, debe ser especial para cada persona, pues cada una tiene una historia, duras a veces, que le hacen un poco más difícil su trabajo, en el que «también tiene que hacer un poco de psicólogo».

Sin embargo, eso no es algo que le moleste especialmente, más bien todo lo contrario. «Te enriquece mucho porque el trato con las personas para mí es muy importante, detrás de cada historia hay un momento, una situación que han vivido» afirma Paco.

A pesar de que la gente es muy reservada en el mundo del tatuaje, la conversación, sobre todo, la previa, es realmente importante para llegar a un diseño final que sea «óptimo». Porque «al fin y al cabo, lo va a llevar alguien en su piel que no se lo va a poder quitar nunca».

O quizá sí, pero no es algo de lo que Paco sea muy partidario. Borrar tatuajes es sinónimo, para él, de no haber hecho un buen trabajo. Incluso le afecta tanto que alguien quiera deshacerse de uno de sus diseños que se frustra porque considera que «si se lo quiere quitar es porque ha habido un mal trabajo mío, de diseño, de no haber escuchado bien a la persona, no entenderte bien o no ha habido una buena comunicación».

El diseño, probablemente lo más importante, para que siempre estés orgulloso de lo que llevas en la piel, debe ser especial, único, que no existan dos iguales. «El tatuaje es algo más que copiar», es hablar, llegar a una idea conjunta y saber plasmarla sobre la piel.

Por eso es tan importante para Paco saber lo que quiere el cliente y llegar así a un diseño único: «Si vas a copiar a un artista como Miguel Ángel o Da Vinci pues es bueno copiar eso. Pero copiar por copiar y más a alguien que ya ha hecho ese tatuaje es como darle al cliente una copia de algo, no algo original. Nosotros siempre buscamos darle algo que sea suyo, que no lo vaya a llevar otra persona».

Y si alguien sabe sobre diseños originales ese es Paco, que ya se hacía sus propios tatuajes desde pequeño. «Incluso con pipas saladas me rascaba en la piel y me hacía pequeñas heridas y me hacía mis tatuajes de heridas» recuerda con nostalgia.

Un mundo realmente creativo en el que todo vale y que no tiene fin, pues como él mismo nos cuenta «sobre un lienzo en blanco puedes hacer cualquier cosa».

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