La suciedad y el mal estado se apoderan de las cercas medievales de León

Suciedad, tonos ennegrecidos en la roca, desprendimientos y boquetes. Las cercas medievales de León, imponentes en su figura, oscurecen su pasado con un estado de conversación que deja mucho que desear. Desde 2014 la cerca medieval de León, un tramo de muralla de piedra edificada durante el siglo XIV sobre una anterior de tierra del siglo XIII forma parte de la Lista Roja de Patrimonio.

Según explica Hispania Nostra, la cerca rodeaba los barrios del sur y el oeste de la ciudad, que se encontraban fuera del original campamento legionario. A diferencia de la arquitectura militar romana, esta cerca no sigue un trazado rectangular, sino que describe un arco irregular adaptado a las particularidades del terreno.

La cerca medieval de León contaba inicialmente con nueve puertas:  Escuderos o del Peso (junto a la Torre Cuadrada o de los Ponce); Caño Badillo, tras el antiguo cuartelillo de la Policía Local; Puerta Sol; Cal de Moros o Puerta de Santa Ana; Puerta Moneda; Puerta Gallega o de San Francisco; Puerta del Burgo Nuevo o Arco de Ánimas; Puerta de Fajeros y el Postigo de la Ollería, junto al tramo occidental de la muralla romana.

El mal estado del conjunto del monumento declarado Bien de Interés Cultural se extiende, como un cáncer, por los restos de las cercas. Un ejemplo del deterioro es el tramo de la Avenida Independencia, expuesto al tráfico del centro de la ciudad. A simple vista llama la atención la suciedad y el ennegrecimiento del conjunto de la muralla. En detalle, brotes vegetales se intentan abrir paso entre las rocas. En algunos puntos hay desprendimientos, con piedras caídas y boquetes en la estructura.

El estado de este tramo es preocupante al igual que el de otras partes como el comprendido entre la calle Prado de los Judíos hasta la plaza Caño Riaño, que ha sucumbido al abandono y al vandalismo.

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