«Me sorprendió encontrar queso de Valdeón en las tiendas, pero todavía hay mucho por hacer»

Una «facilitadora de la comunicación». Así se define Julia de Dios, una joven leonesa que a sus 24 años empieza en la otra punta del mundo la que sin duda será una de las experiencias laborales y vitales más importantes de su vida. Calculando la diferencia horaria y cancelando en una ocasión la charla por un concierto de música española que acercó un poco más a casa a Julia conseguimos, en León a primera hora de la mañana y en Hong Kong rozando la hora de comer, conversar.

Julia de Dios (León, 1999) es una de los 19 becarios de la Red Exterior del Instituto para la Competitividad Empresarial (ICE) de Castilla y León que durante un año y repartidos por todo el mundo serán el puente que conecte la comunidad con los cinco continentes. El objetivo, trabajar como enlace entre compradores y empresas de Castilla y León que quieran abrirse al mercado exterior y entre empresarios extranjeros que puedan valorar la oportunidad de instalar sus centros operativos en la comunidad.

«Nuestra misión es conectar los dos sitios, los dos puntos, y lo hacemos promocionando la comunidad con actividades, eventos, contactando directamente con empresas para venderles las bondades de nuestra tierra», explica Julia.

Durante seis meses y otros seis prorrogables vivirá en Hong Kong gracias a un programa de becas del ICE. Llegaba a la región asiática a finales del mes de octubre y pronto se ponía manos a la obra para lograr captar la atención de empresas e inversores. Su misión es dar a conocer los productos de la comunidad en todos los sectores: desde el agroalimentario hasta el de contrucción, pizarra o cerámica. Al tiempo, buscan oportunidades comerciales para que empresas extranjeras cuenten con los productos castellanos o leoneses en sus supermercados o comercios, y facilitan las conexiones entre empresarios de uno y otro país.

Nunca imaginó Julia que con 24 años iba a estar en Hong Kong trabajando en algo que la llena por completo. Tras estudiar ADE y Marketing e Investigación de Mercados en la Universidad de León de forma simultánea, el campo del mercado laboral se abría ante ella. «Hice prácticas en empresas, probé varias cosas... pero nada me gustaba tanto, nada me llamaba especialmente la atención o veía mi futuro ligado a ello», recuerda.

Navegando por Linkedin y de la manera «más aleatoria posible» encontró una publicación de un profesor. «Solo ponía 'Abierta la convocatoria para un máster de comercio exterior gratis', me llamó la atención al instante y me pareció raro eso de gratis, pero me puse a investigar y resultó que así era», explica al otro lado del teléfono.

Tras superar un proceso de selección «bastante exhaustivo», Julia de Dios pasó a formar parte del Máster de Comercio Exterior y Digital Business subvencionado por la Junta de Castilla y León a través del ICE e impartido por el ESIC, una de las escuelas más reputadas y relevantes en el campo del marketing. Puso rumbo a Valladolid y durante cuatro meses aprendió todo lo necesario para ser 'export manager': «logística, operativa aduanera, legislación... fue muy intenso», recuerda del curso que se desarrolló entre febrero y junio de este mismo año.

Pero el «caramelo» llegaba al terminar las clases. «Después de hacer otra entrevista para valorar si estás preparada para salir fuera entras en una bolsa de la red exterior de Castilla y León, se publica la lista con los destinos y lo tomas o lo dejas».

Y, al igual que el máster, Hong Kong llegó a Julia de la manera más aleatoria. «Cuando estudié el máster en Valladolid era la primera vez que vivía fuera y en la entrevista me preguntaron si me veía lista para irme lejos, pero yo estaba convencida, sentía que era el momento». Nueva York se presentaba como su destino soñado de una lista que incluía otros lugares como Singapur, Japón, Chicago, Lima o Sudáfrica. «Pero me dijeron Hong Kong y aquí estoy, feliz», resume, al tiempo que cuenta que su primera reacción fue quedarse «en shock» ante un destino en el que nunca pensó vivir pero que es «espectacular y un punto clave de Asia».

Aunque reconoce que en China en general todavía «les cuesta situar Castilla y León en el mapa», las posibilidades y el interés que ya está notando la animan a seguir. «Es cierto que queda mucho por hacer y hay muchas oportunidades, pero se ve ya bastante producto. Uno de los primeros días fui a un importador que solo vendía productos españoles y me sacó un queso de Valdeón, no me lo creía», comenta entre risas.

El futuro de productos como la cecina o el jamón pasa por los restaurantes de lujo más que por los hogares -donde no existe esa costumbre de «abrirse un blister de cecina para merendar»-. «El objetivo es encontrar el nicho y trabajar ahí», resume.

Otro sueño de esta leonesa durante su etapa asiática es conseguir lo más grande que un promotor de comercio exterior puede lograr: captar inversiones. «Consiste en conocer empresas, ir hablándoles de Castilla y León, vendérselo y que piensen en instalar un centro logístico o una nave allí». Reconoce que es algo difícil de conseguir, pero es a lo que aspiran todos los promotores.

Califica Julia la experiencia que está viviendo de «única». «Tienes que moverte, hacer contactos... es la mejor forma de aprender», explica, y cuenta que ve su futuro ligado al trabajo con empresas para ayudarlas en los procesos de internacionalización.

Desde la otra punta del mundo hace un llamamiento a las empresas de León para que «conozcan» el ICE y el trabajo que hace, que sean cosncientes «de los servicios que ofrece porque la mayoría son gratuitos» y les pide que «aprovechen la ayuda que prestan y nos den mucho trabajo a los promotores porque la gente de fuera está dispuesta a comprar productos y servicios de León».

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