Secciones
Servicios
Destacamos
No hay tráfico en este León confinado. Nadie se prepara para el Jueves Santo. Nadie sale a la calle en busca de las procesiones, no hay quien cuente las horas para Genarín.
En este León no se oyen los preparativos del vermú, no hay quien ... levante la trapa. No hay turistas con selfies, no hay despedidas estridentes de soltero y ni siquiera hay peregrinos de chancla y bastón.
El aleteo de una paloma que alza el vuelo rompe un silencio extraño. Un sonido que antes pasaría desapercibido es ahora rey en la nada.
León suena a silencio. A ausencia. A vacío.
El confinamiento acabó con la banda sonora de una ciudad que tenía su propio compás. Aquel que de monótono hicimos rutina y nunca imaginamos que fuéramos a echar de menos algún día.
Pero hoy León no suena a lo de siempre. La cuarentena ya suma días por veintena y la ciudad apagó el altavoz. Pero volverá a sonar, más fuerte si cabe, cuando todo esto acabe.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.