Juan Antonio Iglesias y Chefa Perandones son dos de los beneificiados del trasplante de órganos María Fernández

«Un solo donante de órganos salva muchas vidas»

En el Día Mundial del Paciente Trasplantado, Juan Antonio Iglesias y Chefa Perandones subrayan como la enfermedad cambio su vida y el trasplante les salvó

Lunes, 6 de junio 2022, 08:23

«Agradecimiento a las personas que donan y animar a la gente a que se haga donante, porque una sola donación salva muchas vidas». No se conocen pero tanto Juan Antonio Iglesias como Chefa Perandones coinciden en este sentimiento.

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Para ambos su vida cambio cuando ... la enfermedad se instaló en ellas pero también vivieron un giro de 180 grados al recibir una donación, él de riñón y ella de pulmones.

Juan Antonio Iglesias: trasplante de riñón

Juan Antonio Iglesias descubrió en una revisión médica de la empresa que tenía la tensión alta y la creatinina disparada; consecuencias de una enfermedad renal que él desconocía. «Así estuve cuatro años, hasta que fue a diálisis», destaca Iglesias quien señala que en febrero de 2015 y en octubre del mismo año recibió la esperada llamada, había un riñón para él. «Al principio no salió bien pero ahora llevo seis años y medio y la diferencia de vida es muy grande», asegura mientras subraya su agradecimiento a toda la gente que dona sus órganos porque cambian la vida de quien está sufriendo.

«Te cambia la vida totalmente. Antes de recibir el trasplante estaba agotado, no solo por la enfermedad sino porque vives con preocupación de si vas a tener suerte y recibir una donación», admite.

Alcer

Él admite que hasta que «le tocó» desconocía la enfermedad renal y la diálisis. «Estás cuatro horas enganchado a una máquina para que filtre la sangre. Y eso te va deteriorando. Te afecta física y emotivamente», señala.

Este hecho en su vida llevo a Juan Antonio a conocer Alcer, Asociación de Lucha contra las Enfermedades del Riñón de la cual ahora es tesorero. «Es una asociación sin ánimo de lucro y damos apoyo psicológico a los enfermos renales y a su familia. Además hacemos talleres, salidas culturales...Animo a que si alguien pasa por la enfermedad acuda a nosotros porque podemos orientarle», destaca.

  1. Lacer

    Dirección: C/ Descalzos nº 10, 24003 (León)

Chefa Perandones: trasplante de dos pulmones

Un caso diferente es el de Chefa Perandones quien en diciembre de 2018 sufría un «catarro que no se me quitaba» a pesar de acudir al médico y tomar diferente medicación. Finalmente su médico de cabecera detectó que tenía los pulmones cerrados y fue ingresada, la gripe A un mes después le llevó otra vez al hospital...hasta en tres ocasiones. Fue su neumólogo quien le advirtió que la única solución era el trasplante. «Cuando me dijo eso me asustó un poco porque yo no me encontraba tan mal, pero después de hablar con el médico dije que sí porque tenía una oportunidad que no podía desaprovechar», afirma rotunda.

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Chefa recuerda que firmó sus papeles el 29 de septiembre y el 6 de noviembre le llamaron para un trasplante; aunque de camino volvió a recibir una llamada de que no eran unos pulmones aptos para ella. «Me llamaron el 12 de enero y cuando me vi en el pasillo le dije a mi hija que no se preocupara pero que yo así no podía seguir. Pero después tuve una recuperación muy buena, aunque cuando me sacaron de la UCI intenté andar y no pude y eso me deprimió mucho pero después ya di dos pasos y así poco a poco», señala.

Cambio de vida

«A mí me ha cambiado totalmente la vida, soy otra persona hasta en la forma de pensar. Antes era muy activa y ahora hay cosas que no puedo pero soy autónoma», destaca aunque admite que es difícil pensar en que su donación viene de un momento triste para otras personas. «Con los órganos de una persona se salvan muchas vidas», admite.

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Señala que su vida ha cambiado aunque sigue con medicación, «tomaba 35 pastillas, ahora 25 pero no todos los días» destaca y subraya la importancia de un apoyo psicológico fuerte. De hecho ella mantiene contacto con otras dos personas trasplantadas con las que habla, porque Chefa sigue siendo pura energía y ayuda hacia los otros. «Se te corta mucho la vida pero hay que tener apoyo y también trabajar. Yo hago los ejercicios que me mandan para poder recuperarme», destaca con una sonrisa.

Donaciones

Juan Antonio y Chefa son solo dos testimonios de los cientos de personas que reciben cada año un órgano y pueden salvar su vida. Y es que las donaciones de órganos se acercaron en 2021 a las cifras de antes de la pandemia en Castilla y León con 41,2 donantes por millón de habitantes, 5,1 puntos más que el año anterior, y un punto más que el dato nacional (40,2) que situó a esa Comunidad en el undécimo lugar del conjunto autonómico, liderado por Navarra con 62,1 por millón.

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En el 2021 hubo 98 donantes de órganos en la Comunidad, frente a los 86 del año anterior, que supusieron 36 donantes por millón de habitantes.

En definitiva, una forma altruista de salvar una vida y volver un momento triste en la felicidad de otros.

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