Situación crítica del embalse de Villameca

La situación de sequía es cada más preocupante. La falta de lluvias así como las olas de calor continuadas han provocado una merma en las reservas de agua embalsada, lo que se traduce en el peor dato de los últimos cinco años.

Preocupa especialmente la situación del embalse de Villameca. El lugar la que han ido a refrescarse durante décadas vecinos de la Cepeda y de Astorga se encuentra ahora mismo al 19.9% de su capacidad total, frente al 51% de los últimos diez años (hace tres días estaba al 22%). Es decir, actualmente tan solo cuenta con 3,9 hectómetros cúbicos del total de 20 que puede llegar a almacenar y bajando.

Además, en situación desfavorable se sitúan los sistemas Órbigo pero también el embalse de Barrios de Luna, al 30% de su capacidad con 92,5 hectómetros embalsados frente a los 173 que tenía el año pasado en estas fechas.

Parece que mejora la situación en Porma y Riaño con casi el 50% de su capacidad en ambos. En total, los embalses de la provincia de León cuentan con 574,5 hectómetros cúbicos embalsados, cuando la capacidad total es de 1.296.

Una situación que afecta al normal discurrir de la vida. Como ejemplo el municipio de Molinaseca ha renunciado a su tradicional fiesta de agua ante la sequía que afecta al Bierzo. Por su parte, el Ayuntamiento de Corullón anunció la semana pasada la puesta en marcha de las primeras restricciones, que estarán vigentes hasta el 30 de septiembre, tras detectar una reducción del caudal normal en los manantiales de agua que abastecen el municipio a menos de la mitad de su nivel habitual. De este modo, el agua de abastecimiento domiciliario no podrá destinarse al lavado de coches, al riego de jardines o cultivos, ni al llenado de piscinas.

También el municipio de Santa Catalina de Somoza, en Maragatería lleva recibiendo camiones cisterna desde el mes de mayo ante la seca que sufre el manantial que surte al pueblo.

En este sentido, la Confederación Hidrográfica del Duero, CHD, también ha analizado el cumplimiento del denominado Convenio de Albufeira, que establece el marco de colaboración entre España y Portugal para la gestión de las aguas de la demarcación hidrográfica del Duero, al desembocar en el país vecino.

La Confederación ha reconocido que está habiendo «fuertes restricciones» en el flujo en la zona española, aunque se enmarcan en la situación de falta de agua, por lo que ambos países están trabajando conjuntamente para establecer una planificación para los meses de agosto y septiembre.

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