El singular caso de Oteruelo

Una parte de León capital se mueve legalmente sin atender a los horarios establecidos por el Gobierno para núcleos urbanos en el marco del estado de alarma. Se trata de la barriada de Oteruelo. Allí sus 303 vecinos censados legalmente, además de otro centenar que reside sin estar en el registro oficial, pueden salir a la calle en el margen que consideren oportuno entre las seis de la mañana y las once de la noche.

La 'fortuna' llega dada por una situación urbana poco habitual en una capital de provincia: Oteruelo, una barriada, en realidad tiene concesión de pedanía desde que en noviembre de 1969 pasara a incorporarse al término municipal.

Las pedanías, según la legislación tramitada en el marco del estado de emergencia, pueden mantener un régimen propio de movilidad por su aislamiento. Y Oteruelo está aislado.

«Tiene una carretera de entrada única y no hay continuidad urbana que le una a la capital por lo que los vecinos de esa zona pueden salir cuando consideren con las limitaciones propias de las circunstancias en las que nos encontramos», se ha recordado desde la Subdelegación del Gobierno.

Esas limitaciones suponen que sus residentes pueden estar una hora en la calle, moverse libremente en un kilómetro 'a la redonda' y no puede existir reiteración en las salidas a la calle, además de mantener la obligada distancia de seguridad.

El pedáneo de la localidad, Bernardo Sánchez Prieto, asegura que la medida «tampoco marca mucho la vida de los vecinos. En realidad la gente no sale mucho y hay un poco de miedo a contagiarse».

Quizá ese miedo ha servido para que precisamente la pedanía de Oteruelo «no tenga por el momento ningún caso de coronavirus. Aquí el confinamiento en general se ha respetado y éste no es un pueblo al que venga mucha gente si no vives aquí. Todo está tranquilo y lo que queremos es que siga la cosa así».

El pedáneo remarca que «por la extensión de la pedanía, que es como un pueblo en realidad, si un vecino quiere puede salir y no se encuentra a nadie. Además los vecinos aquí somos somo los leoneses en general, un poco fríos, así que no hay problemas de que se puedan dar aglomeraciones de gente».

León capital cuenta con otras dos pedanías, Armunia y Trobajo del Cerecedo, pero a ninguna de ellas se les ha concedido los privilegios que hoy disfrutan los residentes en Oteruelo. «Lo que ocurre es que tanto en el caso de Armunia como en el de Trobajo hay una continuidad urbana que impide fijar un límite como sí ocurre en Oteruelo», se remarca desde la Subdelegación del Gobierno.

Mientras, en Oteruelo, la felicidad es doble: no hay casos de coronavirus y nada se sabe de la rigidez que imprimen los límites horarios.

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