Silván advierte que la «parálisis» del PSOE con el proyecto de San Marcos puede desembocar en su «cierre permanente»

«León necesita el Parador en su totalidad, su efecto dinamizador. Es irrenunciable», destaca Silván que asegura que desde la llegada del PSOE al Gobierno de España «no se ha movido ni un sólo papel, ni un solo euro» para ejecutar la segunda fase de dicha obra.

Alarcó destaca que a finales de año se debería finalizar la primera fase, conclusión que se solaparía, según el plan inicial, con el comienzo de la segunda. Pero esto no va a ser así, advierte, ya que no hay partida presupuestaria para esta segunda fase.

«La primera fase, al ser de mantenimiento, la acometió financieramente Paradores, con sus recursos y sin endeudarse. Pero la segunda corresponde a Turespaña y debe aparecer en los Presupuestos Generales del Estado. Silván peleó para que el Ministro Montoro incluyera una partida en las cuentas de 2019 que, con la moción de censura a Rajoy, no pudieron aprobarse», explica Alarcó.

Esto, afirma Alarcó, siembra «incertidumbre» en el futuro de San Marcos. «Quizá pase como en Ibiza, que llevan 20 años con el Parador cerrado porque no tienen una partido específica para ello. No se lo puede permitir León ya que, según los estudios, el 60% de la financiación de dicho edificio repercute en la ciudad», explica.

También han relatado la cronología de los hechos. Silván explica que desde 2004 se buscaba la reforma de San Marcos pero hasta 2016, con Alarcó, «no se puso en marcha, gracias a su compromiso». «Debería estar cerrado por condiciones de seguridad y, sin estas obras, hoy lo estaría», señala Silván, a lo que Alarcó advierte que las dificultades para lograr la licencia de obra en este hipotético escenario serían mucho mayores.

La expresidenta de Paradores asegura también que tuvo que negarse a acometer el proyecto de reforma en 2014 porque costaba 70 millones y, en su día, Rajoy, «con la prima de riesgo disparada», no pudo comprometerse a ello.

En 2014 se presentó en el Ayuntamiento un proyecto para el edificio antiguo, asegura, pero desde León le pidieron incluir el moderno, acompañado de una ITE «muy preocupante». «Silván estuvo muchas veces en Madrid insistiendo en este proyecto y cerramos plantas y habitaciones sin las condiciones necesarias según los técnicos para mantenerlo abierto hasta lograr sacar adelante el proyecto», señala.

Finalmente, afirman, lograron una licencia para los dos edificios, el antiguo y el moderno, y Alarcó destaca la figura de Silván, que se encargó de «acelerar» todos los trámites necesarios.