«Carlos nunca dudaba a la hora de tenderte la mano, era fiel a sus amigos y siempre que lo necesitabas, estaba ahí», explica emocionado Javi Colina, compañero y amigo del portero asesinado en Navarra.
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La madrugada del pasado domingo, podría haber sido otra de ... las noches en las que ambos trabajaban juntos. Empleados del mismo local, y compañeros más allá de la pista, forjaron una amistad que pasó «de que me hiciera un resumen de las intervenciones de la noche en la sala» a «jugar juntos a fútbol e irnos con nuestros niños a la cabalgata de Reyes», asegura muy afectado Colina.
Su relación laboral comenzó en la discoteca en la que ambos trabajaban. «Yo era el productor musical del local y Carlos estaba de seguridad», indica el DJ.
Aunque el inicio de la relación no fue el mejor, Colina asegura que fue fácil empezar a forjar lazos que los unieron rápidamente. «Nuestra relación no era muy fluida al principio, nos acabábamos de conocer pero rápidamente encontramos puntos en común, que nos hicieron unirnos mucho», recuerda el productor sobre una relación que, como él mismo indica, «cuadró muy bien».
Amigo de sus amigos, buen padre y un icono en la ciudad de Pamplona, así definen sus compañeros y conocidos al portero leonés. «Recuerdo el momento en el que se enteró que me gustaba el fútbol, al día siguiente ya tenía la ficha hecha y el uniforme preparado», añade Colina al recordar los primeros momentos que compartieron juntos.
Carlos Amorín era todo un referente en la seguridad nocturna de la capital: «Nunca intervenía en los problemas de una forma violenta, pero siempre que veía una pelea, aunque no estuviese implicado, se metía a separar para evitar tragedias». Javi Colina recuerda que «de todas las noches que vivimos juntos, jamás me contó que hubiese recibido una agresión», además insiste que por la personalidad de Carlos, «si la recibía, no me lo contaba porque lo pasaba por alto, sin darle importancia, y denominándolo como algo normal que le ocurría en su trabajo».
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El portero leonés publicaba artículos en redes sociales en defensa a los trabajadores de seguridad del ocio nocturno, denunciando la violencia desatada en los últimos meses en Navarra. «Imagínate el nivel con el que Carlos intentaba apaciguar los problemas, que nos llamábamos 'cari-cari'». Javi Colina explica a este medio que el apodo les vino «porque una vez se enfrentaron contra nosotros un grupo y solo intentábamos hablar las cosas sin llegar a las manos».
«La noticia de hoy me deja muy tocado», este es el inicio de la carta que el propio Javi Colina publicaba en sus redes sociales. «No es un mensaje de despedida, es un homenaje hacia todo lo que vivimos juntos», aseguraba el productor.
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Las redes sociales de la ciudad se han volcado mostrando su apoyo públicamente a la familia y amigos del portero. «La gente no se explica que algo así le haya pasado a Carlos, era muy querido en Navarra, todo el mundo lo conocía y era todo un referente», explica Colina.
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