Senado y Congreso piden apostar por la escucha y el diálogo para frenar la degradación de las instituciones

Frente a una decena de presidentes de parlamentos de Europa, Gil señalaba en su discurso las «grandes dificultades que hemos tenido que afrontar esta dura legislatura» e invitaba a «reflexionar sobre los conceptos esenciales del parlamentarismo».

«Me gustaría decir que no hay motivo para preocuparse, pero estoy preocupado», reconocía el presidente del Senado español, que se mostraba «indignado» con aquellos que «cuestionan los avances conseguidos en materia de derechos fundamentales».

«La degradación de las instituciones no nace de la casualidad, lo hace a través de personas que operan el interior de las democracias», apunta Gil, que señalaba directamente «a los populistas, los nacionalistas radicales y la extrema derecha», a quienes consideraba «los enemigos íntimos de la democracia».

Por su parte la presidenta del Congreso de los Diputados, se mostraba «consciente de la polarización que impacta en la calidad del debate público». En este conexto de amenazas, Batet pedía «compartir análisis y establecer un marco de acción común».

Definía Batet al parlamento como «la institución democrática por excelencia, la casa de la palabra y la escucha, donde contrastar ideas y proyectos y mediar conflictos». Ponía como ejemplo «las piedras de este claustro de San Isidoro que albergan una historia ancestral» y que «contribuyen a que nuestro debate sea consciente con el pasado y nos ayude a construir el futuro».