El sector del taxi en León calcula un sobrecoste de hasta el 40% al mes por el precio de la gasolina

El sector se enfrenta a una nueva problemática. Tras la pandemia, que paró su actividad prácticamente por completo durante varios meses, ahora se enfrentan al incesante incremento de la gasolina que ha derivado del conflicto entre Rusia y Ucrania.

«A nivel económico nos afecta mucho. No es lo mismo llenar el depósito por 50 euros que por 80. la diferencia es abismal», reconoce el portavoz de los taxistas de León, Miguel Ángel Matilla.

Y la opción para recuperar las pérdidas no puede pasar por un incremento del precio de los servicios, que se cambian una vez al año, y el taxímetro«marca lo que marca, da igual que suban o bajen los precios de la gasolina, aunque lo segundo sea utópico».

Las tarifas están reguladas y, una vez concedidos los nuevos precios, el taxista debe acudir al centro ITV, donde se actualizan y precintan para no poder ser manipuladas. Previamente se solicitan a la Junta de Castilla y León y se acuerda su actualización en torno al IPC.

Ahora llegará el momento de subir las tarifas solicitadas en 2021, cuando no existía la problemática actual. La subida será de cinco céntimos al servicio mínimo (3,75 euros) y un céntimo por kilómetro recorrido. Pero, además, una subida fuerte acabaría siendo contraproducente para su propios bolsillos porque «al final es el cliente el que lo paga».

Las medidas que esperan aplaquen esta situación deben llegar «desde el Gobierno de España» ya que el margen de maniobra de los ayuntamientos es escaso y apenas podría incidir en impuestos como el de circulación -que ya se ha pagado-. Entre las propuestas a aplicar se mira a Portugal, donde han subvencionado a los taxistas con ayudas de 100 euros al mes «para ayudar un poco». También se mira con buenos ojos una rebaja del IVA, que pasará del 21 al 10 por ciento.

Sobre posibles protestas, como los paros organizados por los transportistas de mercancías, los taxistas reconocen que estas medidas en su sector «están mal vistas por el consumidor, que es el que paga los platos rotos», pero de seguir así la cosa«algo harán» para evitar que estas subidas repercutan de una forma tan importante en sus bolsillos.