Satse y el Colegio de Enfermería de León piden la apertura de expediente a la directora del CRE de San Andrés

Satse León ya pidió hace unas semanas al subdelegado del Gobierno de España en la provincia, Faustino Sánchez Samartino, la apertura de un expediente informativo contra la directora del CRE por estos hechos.

El sindicato y el Colegio de Enfermería denuncian que en el CRE de San Andrés del Rabanedo «se vienen produciendo situaciones que alteran el desarrollo normal del trabajo como consecuencia de decisiones arbitrarias que toma la directora del centro», unos hechos que, a su juicio, son «cuando menos ilícitos o contrarios a la legalidad» y que entrañan riesgos para los residentes y las enfermeras.

Satse León ha denunciado anteriormente que faltan dos enfermeras de las diez con las que tiene que contar el CRE, junto a una «falta de intención de cubrir esos turnos», lo que provoca que queden «turnos descubiertos para no generar necesidades de servicio». El Sindicato de Enfermería lleva tiempo exigiendo que se cubran todas las plazas de enfermeras y enfermeros del CRE, situado en San Andrés del Rabanedo, dado el nivel de cuidados que requieren las personas a las que se atiende en él.

Otro motivo de queja es que se ordena que las enfermeras «deleguen sus funciones en otros trabajadores no cualificados (curas, medicación…)» y «se intenta arrebatar la autonomía profesional de las enfermeras». Se producen nuevos ingresos e ingresos temporales que acuden al centro sin información sobre sus procesos asistenciales, ni sobre la medicación prescrita. Esto, según Satse León, «genera malestar en los profesionales y una respuesta menos efectiva en caso de urgencia, repercutiendo en la atención directa del usuario».

Por ello trasladan al procurador del común, además, que el protocolo de medicación no está actualizado, y que «la directora pretendía que cualquier profesional pudiera administrar medicación, instando a las enfermeras a que lo avalaran, promoviendo el intrusismo» profesional. Además, se desconoce quién sería responsable en caso de errores en la toma de la medicación en ausencia de enfermera.

En este centro, que es de Referencia Estatal, se debe cuidar, a juicio de Satse, que la atención a los residentes sea la adecuada, y no ponerse en riesgo esa atención con estas actuaciones en las que se prescinde de la enfermera. El Sindicato recuerda que «el momento de toma de medicación es también un momento de valoración del usuario por parte de la enfermera, donde ésta es capaz de detectar problemas de salud incipientes que otro profesional no (hipotensiones, hipoglucemias, auras…)».

Satse también insiste en que «la realización de curas no es una tarea delegada» y el personal auxiliar (OAES) «no tiene los conocimientos para valorar el estado de la lesión (el lecho de la herida, tipo y cantidad de exudado, coloración, signos de infección, tejido de granulación…), desconociendo por completo la ingente cantidad de apósitos disponibles y su uso adecuado, propiciando una evolución tórpida de la lesión».

El Sindicato de Enfermería también informa al subdelegado de que la administración de alimentación debe ser supervisada por una enfermera debido a las complicaciones mecánicas, metabólicas, e infecciosas que se pueden producir», añade SATSE León.

Además denuncian que los protocolos propios de Enfermería «se tienen que realizar al dictado de las responsables del centro, sin tener en cuenta el criterio sanitario» y que, «según refieren las enfermeras, se permite fumar en el recinto» con el consiguiente «peligro para usuarios y trabajadores». Además, el Sindicato alerta de que «la Dirección, en lugar de perseguir estas actuaciones irregulares, aconseja a las enfermeras que tengan paciencia y que comprendan la situación, dándoles incluso instrucciones para que custodien marihuana, bajo su responsabilidad». Este último hecho fue denunciado ante el Imserso, instancia que no ha dado respuesta alguna.

Lo que denuncian finalmente es que la situación en la que se encuentran estas personas bajo la gestión del Imserso y directamente de la dirección del centro «no es solo las pésimas condiciones en las que se encuentra el personal sino la situación de desprotección en la que se encuentran los usuarios del centro, personas aquejadas de grave discapacidad, cuestión que debería ser muy protegida, y que es enormemente sensible, al encontrarse en situación de máxima vulnerabilidad ya que la mayoría de los residentes además de por su situación de salud, están en el centro por su situación social».