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Antes de la tormenta viene la calma y en el Hospital de León son días de bajada en la presión asistencial después de meses en los que el virus ha descargado su ira.
Es cierto que hay una merma. Tan cierto como que atrás va ... quedando la virulencia de una segunda ola del coronavirus que puso en jaque a una provincia que no sufrió lo que otras en la primera.
La realidad ahora es bien distinta. En los días previos a la Navidad, el comentario no abandona el Complejo Asistencial de León. «Cada vez va habiendo menos pacientes, pero existe una sensación rara. Nos da miedo lo que pueda pasar en estos días».
El que firma debajo de estas palabras es Rubén Martínez, delegado de CSIF. «Hay un temor palpable, porque como no lo hagamos bien ahora veremos qué pasa en la tercera semana de enero», advierte.
El estado de estrés entre los sanitarios ha llevado a algunos a coger la baja por no poder aguantar a nivel mental. «Los compañeros están más que hartos y cansados, es verdad que tenemos todos ganas de poder hacer cosas en Navidad, pero estando a las puertas de la vacunación, ¿vamos a fastidiarlo todo ahora?», se pregunta Martínez.
Y es cierto. La Junta de Castilla y León anunció este pasado lunes que comenzará el mismo 27 de diciembre con la vacunación de los grupos seleccionados. Pero el delegado advierte. «Los que se van a mover en estas navidades no son los primeros a los que van a vacunar, por lo que fiarlo todo a la vacuna en este sentido no tiene demasiada lógica».
De hecho, existe una verdad que quizá no se tenga en cuenta. Según apunta el sanitario, la vacuna consta de dos dosis, poniéndose la segunda 28 días después de haber sido administrada la primera. Después de esto, toca esperar al menos siete días para hablar de una inmunidad. «A pesar de la vacuna nos da miedo que al final la segunda ola no llegue a acabar y la empalmemos con la tercera, lo que sería gravísimo».
Del mismo modo, Martínez lamenta que «cansa mucho ver cómo nos cuesta sacar cada día adelante mientras vemos algunos ejercicios de irresponsabilidad».
La tercera semana de enero será el resultado de cómo se han gestionado las navidades a nivel personal. De ello depende el éxito colectivo o el fracaso como sociedad.
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