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Segunda jornada del juicio por el asesinato de un hombre en Ponferrada tras una discusión y una pelea en la que acabó con 55 puñaladas y heridas incisas con diferentes objetos. La sesión en la Audiencia Provincial de León se inició con cuatro de los ... agentes de la Policía Nacional que acudieron al lugar en una primera inspección ocular.
La fiscal pide que se reproduzca en la pantalla un vídeo que grabaron en la vivienda tras la detención. En las imágenes se pueden ver el estado del portal tras el incidente, los cristales toros, la sangre por el sueño u los destrozos ocasionados. El agente que documentó la escena con un teléfono móvil asciende por las escaleras hacia la vivienda del acusado, en el interior de la misma se puede ver el destrozo que causó la pelea y manchas y salpicaduras de sangre en el suelo y las paredes.
En una de las estancias el acusado tenía unas macetas con plantas de marihuana y en la cocina se pueden ver restos de las drogas que consumieron. El acusado mira con atención el vídeo y cuando la fiscal comienza el interrogatorio de los agentes vuelve la mirada hacia ellos.
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Los agentes confirman que el cristal de la puerta del edificio «estaba roto de fuera hacia adentro», además mantienen que había sangre «por todos los lados». La fiscal pregunta por «un palo de escoba» que había roto y con manchas de sangre «tal y como muestran las diligencias».
En el interior de la vivienda, los agentes encontraron una cuchilla y otros utensilios utilizados en la agresión y «sangre tanto en las paredes como en el suelo». Además, mantienen que «el destornillador de 40 centímetros estaba en la puerta de la vivienda» que aparece fracturada por la mitad ya que fueron los agentes que detuvieron al acusado quienes «se vieron obligados a romperla para poder entrar en la vivienda».
Al mostrar al jurado popular las imágenes tomadas en el lugar de los hechos, la fiscal incide en «un trozo del palo de fregona» que se encuentra parte en la calle y otras dos partes en el interior del portal. También hay una hoja de cuchillo sin mango, al lado de un paraguas encuentran otra navaja y unos metros más adelante se encuentra un mango de cuchillo sin hoja.
Las imágenes documentan las muestras de sangre que se encontraron a lo largo de todas las escaleras y «en la ventana que hay en el descansillo de subida a la vivienda», recuerda uno de los agentes que declara como portavoz.
En la entrada a la vivienda, se encuentra el destornillador con mango rojo por el que el acusado declaró en la jornada previa que se había iniciado toda la discusión y la posterior agresión. A pesar de esa declaración, en la que Pedro Ortiz aseguró que comenzó a apuñalar a la víctima en las escaleras, las imágenes muestran múltiples salpicaduras de sangre en el suelo y las paredes del piso.
Otros de los dos agentes que declararon en esta jornada fueron quienes participaron en la reconstrucción de los hechos en días posteriores al 12 de agosto cuando tuvo lugar el crimen. Pedro declaró que iba detrás de la víctima subiendo por las escaleras ya que habían bajado a buscar más orujo, «pero me habían robado el garrafón». En el momento que vuelven a la vivienda, el acusado se percata de que «me había quitado el destornillador» por eso se lo quita en medio de las escaleras de subida a la vivienda y ahí «le hice pum pum pum». Pedro reconoce en el vídeo que «le quité el cuchillo y el destornillador y yo llevaba otros dos cuchillos» y asegura en ese vídeo que «me enfadé» y fue cuando empezó «ese forcejeo que finalizó con la brutal agresión.
El acusado relata en el documento gráfico que luego se cayó por las escaleras y «luego ahí en el suelo le seguí apuñalando, me acuerdo ahora porque vi la sangre».
Los agentes le pregunta si agitó las armas cuando subió a la vivienda, algún gesto que justificase las manchas de sangre que se encontraron en la ventana del descansillo, el otro tramo de las escaleras y la propia casa. Pedro Ortiz asegura que la sangre del pasamanos es de «cuando bajé con la policía esposado».
Cuando suben al piso y entran en el interior de la vivienda, el acusado asegura que «aquí tenía los cuchillos y abajo en la bodega el destornillador». Ante las preguntas de la Policía Nacional sobre las manchas de sangre de las paredes, él insiste en que «eso son salpicaduras del cuchillo» mientras hace un gesto con la mano explicando su versión. Ya en la cocina, Pedro Ortiz no entiende «como está todo así».
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