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«No podía concebir tanta bajeza» con estas palabras finalizó el sacerdote de Hospital de Órbigo sus conversaciones telefónicas con SGA, uno de los acusados -actualmente en prisión- de estafar y dar una paliza al citado párroco.
En la primera sesión del juicio que ha tenido lugar en la mañana de este lunes, el sacerdote ha declarado que desde verano de 2020 tanto SGA como NSH, que en eso momento eran pareja, comenzaron a pedirle dinero al establecer su residencia en Hospital de Órbigo después de vivir en Asturias. Según el sacerdote, los acusados destacaron que necesitaban el dinero para alimentar a sus hijos, pagar el alquiler, tratar la enfermedad de una de sus hijas así como la del padre del acusado y pagar a los abogados para un juicio pendiente. «He sido un ingenuo. Mi móvil era un principio cristiano de ayuda y solidaridad», ha declarado el sacerdote.
Así, el cura llegó a entregar a ambas personas un total de 144.707 euros a través de pagos en metálico e ingresos en cuenta. Unas aportaciones de las que dejaba cuenta «en mi contabilidad» y que salían de sus propios ahorros, «de un fondo de pensiones que extraje para ayudarles y aportaciones de feligreses», puntualizó el sacerdote. «Pedí dinero a mis vecinos y feligreses para apoyar esta obra social», ha declarado el cura que ya sufrió otra estafa en el pasado.
Las aportaciones económicas cesaron cuando «el alcalde y otros vecinos me abrieron los ojos», ha señalado el sacerdote.
Tras dejarles este dinero, el sacerdote sufrió una agresión en la madrugada del 14 de agosto de 2021. «Llego una persona desconocida al albergue a las 03.00 horas y me dijo que estaba cansada. Cuando le abrí, le pedí el carné de identidad. En ese momento me dio un golpe fuerte en el lado derecho de la cara. Caí, vi que entraban dos personas que no pude ver ni identificar, y me golpearon más, me dieron patadas y me intentaron arrastrar a la parte de arriba del albergue. En ese momento salió una hospitalera y huyeron», señaló el sacerdote.
Debido a esta agresión, el hombre estuvo tres días ingresado en el Hospital de León y después seis meses en tratamiento médico posterior consistente en fisioterapia rehabilitadora. Estando ingresado hubo un nuevo acceso al albergue por dos personas buscando dinero y efectos sin llegar a lograr su objetivo.
El juicio, que continuará con una segunda sesión este martes, comenzó con las declaraciones de SGA quien aseguro ser inocente de los hechos a los que se le acusan aunque sí reconoció que en 2020, NSH y él, que mantenían una relación, llegaron a vivir a Hospital de Órbigo desde Asturias.
Confirmó el acusado que habían pedido ayuda económica al sacerdote «pero nunca para un hijo enfermo. Él me prestó 150 euros y después 1.000, nunca más. Desconozco si realizó más ingresos en las cuentas porque éstas estaban a nombre de ella», declaró. Además, negó que mantuviera conversaciones telefónicas con el párroco, «yo tenía una tarjeta SIM a mi nombre pero que nunca la tuve en mi poder, sino que la tenía ella», aseguro.
El tercer acusado y él se conocían ya que APB era el primo de su primera pareja. «Ni él ni yo tenemos nada que ver con esa agresión», aseguro a pesar de que en una declaración anterior apuntó a que podría haber sido APB el agresor.
Así, SGA declaró que la noche de la agresión se encontraba en Asturias. «El día 26, APB me trajo a Hospital de Órbigo desde Asturias, pero me dejo y marchó», aseguró.
Por su parte, NSH manifestó no conocer al tercer acusado y que desde enero de 2021 no mantenía ninguna relación con el actual detenido, SGA. «Llamaba al sacerdote porque tuve una depresión cuando acabo la relación y me servía de desahogo», declaró la acusada quien señaló que no formó parte de la agresión «ya que el 18 de agosto di a luz de mi hijo».
Además, aunque hay tres cuentas corrientes a su nombre aseguró no tener acceso a ellas, «todas las gestiones las hacía él y hasta tiempo después de dejar la relación no tuve conocimiento de ellas».
Por su parte, el tercer acusado afirmo no tener relación con el actual detenido «yo no le lleve a Hospital de Órbigo. Pero es cierto que durante algún tiempo intercambié mi coche con un primo de SGA» advierte declarando que él reside en la localidad asturiana de Langreo. «Me enteré de estos hechos cuando tuve la citación de la policía».
El fiscal de caso considera que los hechos descritos son constitutivos de un delito continuado de estafa agravada, un delito de robo con violencia en casa habitada en grado de tentativa, un delito de lesiones y un delito de robo con fuerza en casa habitada en grado de tentativa. A su vez, marca que SGA es autor de todos los delitos referidos, NSH es autora del delito de estafa y APB es autor de los delitos de robo y lesiones.
Por todo ello, pide imponer cinco años de prisión por cada uno de los delitos de estafa, tres años más por el delito de lesiones, tres años por el delito de robo con violencia y un año y seis meses por los delitos de robo con fuerza. En conjunto, piden 25 años de prisión para los tres acusados por los diferentes hechos y su implicación en los mismos.
Además, el escrito marca que los acusados SGA y NSH indemnizarán conjunta y solidariamente al perjudicado en 144.707 euros por las cantidades estafadas y que SGA y APB indemnizarán al cura en 5.600 euros por las lesiones sufridas.
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