Imagen de la Residencia de Menores Suero de Quiñones. LN
Uno de los despidos de Suero de Quiñones

«Si lo hubiera sabido, me habría replanteado ser madre»

Patricia Campos, que se enteró «de extranjis» de su extinción de contrato, critica la falta de comunicación por parte del centro

Sábado, 11 de noviembre 2023

Patricia Campos llevaba siete años y medio en la Residencia de Menores Suero de Quiñones cuando se enteró de su despido. «Estábamos en una vacante que se supone que, a no ser por personal fijo o porque salga oposición, nadie te puede quitar... Más yo ... que era uno de los perfiles del proceso de estabilización», lamenta.

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Ahora la vida le ha dado un vuelco. «Si hubiese sabido esto me lo habría replanteado», reconoce con crudeza sobre el hecho de ser madre. Más aún al decidir adoptar y entregarse a un niño que necesita cuidados especiales por un retraso madurativo.

Los síntomas del retraso madurativo incluyen baja autoestima, falta de motivación, retraso motor, alteraciones en el lenguaje y la comunicación, y dificultades socioafectivas, y se puede tratar con atención temprana y terapias adecuadas.

«Mi hijo tiene los gastos de cualquier otro niño y a mayores los de los especialistas que lo están tratando», explica por teléfono, a la hora de enfrentar su nueva realidad.

Nadie le informó del despido

Una compañera escuchó detrás de una puerta la decisión de despedir tanto a Patricia Campos como a otros dos integrantes de la plantilla del centro. «Ni desde Gerencia ni desde la Dirección me informaron. Nos enteramos de extranjis y de casualidad», critica.

La comunicación oficial se dio por carta, vía que la Junta asegura haber utilizado «porque se encontraba de baja». «Como ya nos habíamos enterado, pensaba que mis superiores o la Dirección se pondría en contacto conmigo para avisarme antes de que empezara mi baja», aclara ella.

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Además de mostrarse feliz con el que era su trabajo, asegura que el servicio proporcionado era «muy bueno» a pesar de la falta de personal. «Entre semana había ocho educadores, cuatro de mañana y otros cuatro de tarde, mientras que el fin de semana se podía complicar porque eramos dos por la mañana y dos por la tarde para todo el centro», afirma dejando en entredicho la versión de la Junta que argumenta como motivo de despido que se supera «el número de efectivos».

Lo que más indigna a esta ex empleada de la Residencia de Menores es no encontrar un sentido a los despidos. «Están contratando a personas con Grado Medio para cubrir los puestos que ellos mismos han dejado libres al despedirnos y parece que lo hacen para ahorrarse dinero porque esos sueldos son más bajos», asegura.

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