Vivir con el ruido de una motocicleta circulando por debajo de tu casa todo el día o con el sonido equivalente a un teléfono móvil recibiendo llamadas cerca del oído. A esto equivale la contaminación acústica que denuncian los vecinos del casco histórico de León.
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Así lo reconoce la última actualización del Mapa Estratégico del Ruido de la ciudad, que expone como gran parte de las calles y plazas de la zona centro tienen niveles de ruido por encima de los valores recomendados.
Buena parte del problema se achaca al ocio y, en especial, al ocio nocturno que absorbe casi a diario el Barrio Húmedo de León, un referente para turistas y vecinos de la capital.
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La asociación de vecinos 'León Típico' recoge algunas de las zonas con mayor presión acústica para ellos y que coinciden con ambientes que conviven con pubs o bares de referencia en León. Así encontramos las plazas Mayor y San martín o la calle La Paloma, Matasiete y Cardiles, donde se superan los 70 decibelios. También tienen niveles altos de contaminación acústica las plazas de Regla, Torres de Omaña o Riaño y las calles Ancha, Cervantes, Plegarias, Juan de Arce y Misericordia, con niveles de ruido de 65 a 70 decibelios.
En un comunicado han puesto el foco en una ordenanza de terrazas que también debe buscar solución a este problema de convivencia entre vecinos y hosteleros.
El primer paso que proponen es limitar horarios y aforos de las terrazas para no perjudicar el descanso. «Tenemos derecho a la salud, a un medio ambiente adecuado, a la integridad física, a la inviolabilidad del domicilio o a la intimidad del hogar», manifiestan.
Consideran que «no es aceptable» que las terrazas permanezcan abiertas hasta las 2 de la madrugada en verano, con un ruido que «supera los límites legales». «Esto obliga a los vecinos a cerrar las ventanas para poder conciliar el sueño, cuando es una necesidad abrirlas para refrescar y ventilar», insisten.
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En su propuesta estaría establecer como horario cierre de invierno el siguiente: domingo a jueves, a las 23:30; viernes, sábado y vísperas de festivo a las 00:00 horas. Y en verano, de domingo a jueves a las 00:30 horas; viernes sábados y vísperas a las 2:00 horas. A ello sumarían un horaio máximo en verano hasta las 00:30 horas o 1.30 horas en función de los niveles de ruido registrados en el mapa.
En el análisis presentado al Ayuntamiento de León, los vecinos del centro de la capital han pedido la obligatoriedad de que las terrazas estén siempre cubiertas por toldos o sombrillas que absorban el ruido; colocar paneles aislantes de sonido en los laterales; prohibir mesas, sillas y bases de sombrilla metálicas; o prohibir el uso de cadenas metálicas que no estén forradas.
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También se solicita a los hosteleros que se forme a los empleados en la manipulación de mobiliario sin generar ruido. «Esto puede ser especialmente molesto a altas horas de la noche y la madrugada», por lo que insisten en el uso de materiales absorbentes de ruido para todos los materiales de terraza.
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