p. suárez
Jueves, 25 de junio 2020, 12:14
Apenas un día después del trágico ahogamiento de un joven en la playa de San Lorenzo, el Grupo de Rescate de Bomberos del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA), a bordo del helicóptero medicalizado, logró rescatar a dos jóvenes que tenían problemas para ... salir del agua en la playa de Verdicio. Las dos bañistas, de 31 y 28 años de edad y originarias de León, fueron evacuadas al arenal, donde el médico confirmó que se encontraban ilesas. El suceso suscitó las quejas de los numerosos usuarios que pasaban el día en la playa. «De haber habido servicio de salvamento, este rescate no habría sido necesario», reprochó Pedro Durán, vecino de la zona.
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La clave para mantener a las jóvenes a flote hasta la llegada del helicóptero de rescate fue la intervención de Hugo Menéndez, agente de la Policía Nacional destinado en San Sebastián y que ayer se encontraba en Verdicio aprovechando el día junto a su mujer e hijos. Todo ocurrió alrededor de las 15 horas. «Estábamos en la arena y vimos entrar a las tres chicas. Por la forma en la que se comportaban, imaginamos que eran de fuera. Entraron al agua con flotador, gafas de sol y sombrero, así que conociendo como son las corrientes de Verdicio, me quedé pendiente, a ver que hacían», explicó este agente sotrondino.
Sus sospechas se confirmaron a los pocos minutos, cuando observó cómo una de las jóvenes comenzaba a dar señales de encontrarse en apuros. «Vi que pasaba algo raro y no lo dudé. Avisé a un chico para que llamase al 112 y corrí a ver si podía ayudarlas», cuenta quien, sabedor de que cada minuto podía ser vital, intentó aproximarse a las jóvenes a través del pedrero. «Iba descalzo y me costaba avanzar por la corriente. Estuve a punto de agarrar el flotador, que no estaba lejos de las rocas», añadía. En vista de que no era capaz de alcanzar a las jóvenes, decidió centrarse en evitar que se ahogaran fruto del pánico. «Empecé a darles indicaciones para que no soltaran el flotador. Estaban muy nerviosas».
Preocupado por el tiempo que pudieran tardar los servicios de emergencias, decidió coger las tablas de surf de sus hijos y lanzarse a la mar a buscar a las tres jóvenes. No hizo falta. A mitad de trayecto, comprobó con alivio que el helicóptero de rescate ya asomaba por el arenal. «Fue un susto tremendo», comentaba horas después desde el centro de salud, donde fue atendido por los diversos cortes y golpes que sufrió al tratar de avanzar por las rocas.
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