El representante de Barrul cree que el denunciante «solo quiere buscar dinero»

El leonés prefiere «centrarse en el entrenamiento» y ha dejado en manos de su abogado los asuntos jurídicos que pudieran derivar de esa querella.

Su representante legal, Raúl Castañeda, confiesa que esta parte ya se había puesto en la tesitura de que lo mediático del caso llevara al presunto maltratador a recibir la visita de algún abogado que le recomendara denunciar los hechos «para sacar rédito económico».

El hombre que estuvo durante media hora de la película infantil 'The Garfield Film' perturbando al público y atacando a su propia mujer ante la mirada de su hijo está pasando «dificultades económicas y solo quiere buscar dinero», ha sentenciado Castañeda.

Barrul ha comprendido que la mejor opción para ambos será llegar a un acuerdo económico que el despacho jurista se ofrece a pagar.

La denuncia se interpuso en dependencias de la Guardia Civil de la zona de Sanabria, donde reside el hombre que provocó el altercado en el centro comercial Espacio León. En la misma presentó un parte de lesiones en la que se registran pequeños hematomas que coinciden «con cualquier golpe que le proporcione una persona», señala el representante de Barrul. Cuando acudió a los médicos, le hicieron un parte de lesiones que es «obligatorio por mínimas que sean» y ahora entienden que el denunciante busca «recuperar algo de dinero y Antonio entiende que tiene una familia y que algo le podemos dar para ayudarle», explicaba en la televisión.

Los problemas legales de Barrul llegan por una multa que conllevaría antecedentes penales, con petición de prisión de 3 meses a 2 años, que sería superior en caso de presentar lesiones importantes. «Sabemos que será lo mínimo, pero ¿por qué llegar a ese momento?», reconoce Raúl Castañeda, que prefiere trabajar lo antes posible y ha recomendado al boxeador no mostrarse más públicamente.

Sobre el efecto a nivel profesional que pudiera tener en el púgil leonés, hay dudas sobre la cuestión ya que se le podría llegar a apartar del ring, que es «su vida» y moralmente hundiría al joven y gran promesa de este deporte.

Por último, el despacho defiende la actuación de su representado porque «una persona que no sabe pegar, hubiera hecho más daño al maltratador» y reconocen que Barrul no aplicó técnicas de boxeo porque no golpea puntos vitales del otro individuo, por lo que entiende que no cabe agravante.