El relevo en la secretaría general del PP leonés provoca un cisma entre el PP nacional y autonómico

Complicada porque el acuerdo 'entre familias' no resulta sencillo, evidenciando que las desavenencias entre quienes en su día formaban parte del entorno de Isabel Carrasco y quienes se posicionaron frente a ella aún siguen siendo visibles en las filas populares.

En esa línea se enmarca el fracasado primer intento por dar entrada a David Fernández Menéndez. Acunado en Nuevas Generaciones y personal de confianza de Antonio Silván durante su etapa como alcalde, su nombre tomó cuerpo en una nota de prensa emitida desde Madrid y tramitada por León.

«Juan Martínez Majo, propondrá al que fuera presidente provincial de Nuevas Generaciones David Fernández Menéndez como nuevo secretario general del partido en la provincia de León», se aseguraba literalmente.

Pero ese posicionamiento apenas duró 20 minutos, el tiempo suficiente para que el PP de Castilla y León tuviera conocimiento y advirtiera al presidente de los populares leoneses -Juan Martínez Majo- de que su posicionamiento superaba la neutralidad y caía en la inacción ante la imposición planteada desde Génova.

Majo viró con urgencia su discurso. «La elección del nuevo secretario general no está tomada y compete a los órganos del partido», sentenció consciente de que su presidente autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, no solo no compartía la opción de David Fernández Menéndez sino que estaba frontalmente en contra de la misma con dos convencimientos personales: la nula valía por inexperiencia para ese puesto y el abierto posicionamiento en contra del hoy presidente autonómico.

No convencía el primer candidato propuesto por Génova y tampoco lo ha hecho el segundo que se ha puesto sobre la mesa, José Manuel Frade, concejal por el PP en el Ayuntamiento de León, «silvanista» según sus compañeros de formación y como en el caso de David Fernández contrario a los posicionamientos de la dirección autonómica popular.

Con tal desequilibrio en las propuestas el PP de León no da con la persona que poner sobre la mesa como propuesta para el nuevo secretario general provincial en medio de una 'soterrada guerra' entre la dirección nacional y la autonómica, la misma guerra que en su día se pudo apreciar en Segovia, Ávila o Valladolid.

En esta ocasión Alfonso Fernández Mañueco no está dispuesto a dejar la dirección de León (el poder ejecutivo de un secretario general provincial se equipara al del propio presidente) en una persona vinculada a una 'familia popular' de signo contrario.

Este lunes Mañueco ha aprovechado una cita de presupuestos en Valladolid para reunirse con el presidente en León, Juan Martínez Majo, a quien sobre el papel ha pedido más implicación, firmeza a la hora de hacer valer sus criterios y determinación en las decisiones.

En los próximos días se conocer quién puede tomar el relevo al dimitido José Miguel González y en qué condiciones se plantea su acceso a un puesto clave en el organigrama popular.