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Relevo en los hermanitos de Jesús.
La capilla de Santa Nonia, engalanada para la ocasión, se ha vuelto a quedar pequeña este domingo para celebrar el traspaso de poderes entre abades de la Cofradía más numerosa de León, la del Dulce Nombre de Jesús Nazareno.
En un respetuoso y solemne acto ceremonial, Juan Carlos Morán ponía punto y final a su intenso año de mandato y cedía su vara a Antonio García Rodríguez, desde hoy nuevo abad de la cuatricentenaria cofradía.
Un instante vivido por intensidad por el nuevo abad, que estuvo arropado por amigos y familiares, precisamente a ellos se les agradeció de antemano su «paciencia y sacrificio» por ceder su tiempo a favor de la cofradía.
Un acto al que se sumó el alcalde de León así como una nutrida representación de autoridades civiles y militares, que vivieron esta cesión en la que Morán emplazó a su sucesor a trabajar por el bien de la cofradía, consciente de que requiere un gran esfuerzo pero cuya recompensa «merecerá la pena».
Un día histórico porque por primera vez en la cofradía se sucedían en el cargo dos braceros del paso de Nuestro Padre Jesús Nazareno, y en ambos casos, asumían con humildad el peso y la responsabilidad de llevar sobre sus hombros una de las cofradías más señeras de la Semana Santa de la capital.
Una nueva andadura con Antonio García Rodríguez al frente y cuatro grandes objetivos: impulsar la bolsa social, promover actividades destinadas al público infantil y juvenil, mantener el patrimonio y modernizar estructuras de la cofradía.
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Abel Verano
Fernando Morales y Álex Sánchez
Sara I. Belled y Jorge Marzo
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