El relato de un fin de semana de turismo «de borrachera y drogas» en León

Todo empieza con una primera prueba documental el 12 de abril. A las 3 de la mañana se iniciaban los «ruidos, voces y peleas» que solo fueron un anticipo de lo que ocurriría la madrugada del 14 de abril. A todo lo anterior se sumaron «fiestas, bebidas y meadas» desde las 2:00 horas, que a las 4:00 horas se convirtieron en una pelea donde tuvo que intervenir la Policía Local de León.

Ello lo compaginan con un 'after' que permanece abierto hasta las 9:00 horas o pubs donde los clientes mantienen fuera la fiesta tras su cierre, algo por lo que se produjo una llamada a la comisaría que obligó a desplazarse a una patrulla.

El resultado de todo esto es «un barrio meado y sucio» que obliga a limpiezas a fondo cada domingo y el consiguiente ruido que generan estas máquinas especiales, por lo que a las 10 de la mañana muchos vecinos aún no han logrado conciliar el sueño.

Así lo recoge León Típico, que ha querido mostrar al Ayuntamiento de León y a la policía, así como al resto de la sociedad leonesa, que están «cansados y agotados» de vivir así cada fin de semana. «No entendemos tanta dejadez y permisividad, a no ser que se pretenda que abandonemos nuestras casas y dejemos espacios para crear el parque temático en el que se encuentra actualmente nuestro casco histórico».

La asociación entiende y comparte que León tenga turismo, pero otra cosa es «ver las manadas de orcos» que campan de jueves a domingo «gritando, vomitando, orinando, defecando, drogándose y destrozando portales, timbres, papeleras o árboles».

Apuntan a que este tipo de turismo de «borrachera y drogas» no es el que merece la ciudad y por ello han querido aplicar el dicho de «una imagen vale más que mil palabras» para exhibir una recopilación de fotos y vídeos del último fin de semana. «Tenemos los mismos derechos que cualquier otro vecino y nuestro descanso, limpieza y seguridad se debe respetar al igual que en otra zona».

Rechazan que su objetivo sea dejar «un barrio sin bares», pero marcan distancia con el «desmadre, masificación y turismo de borrachera y drogas» que está «destruyendo» el barrio en el que viven todos ellos.

También ponen el foco en los motores de la máquina de limpieza del Mercado del Conde Luna cuyo ruido es «atronador» y en el que muestran en un sonómetro como se dobla el ruido permitido.

«Soportamos un nivel de ruido que para una zona acústicamente saturada es totalmente dañino y perjudicial», sentencian.