Aunque sigue funcionando y el agua brota por sus chorros, su función estética y de ornato para la ciudad ha dejado de existir desde hace varios meses.
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La fuente que decoraba la zona arbolada del paseo de Papalaguinda, en el cruce con la salida de la pasarela sobre el Bernesga que proviene de la estación de autobuses, lleva desde primavera adornada por una protección metálica.
El Ayuntamiento de León tuvo que recurrir a una empresa, a través del contrato de mantenimiento de la ciudad, para la instalación de esta estas vallas que de seguridad que evitaran a los viandantes acercarse a la fuente.
Desde tiempo atrás, las baldosas se habían empezado a resquebrajar, y posteriormente a hundir, poniendo en peligro la seguridad de los paseantes y de aquellos que procedían de la estación.
Un problema en el subsuelo, que no ha sido confirmado por fuentes oficiales, parece ser el motivo de la deformación de este entorno. Posibles filtraciones de agua en la cañería que nutria los grifos o la crecida de las raíces de los árboles podrían ser la causa de esta situación en un suelo mal asentado, según arquitectos técnicos consultados por este medio. La empresa que se está encargando de evaluar los desperfectos ha descartado confirmar este problema y ha afirmado que se trata de un asunto «confidencial».
El Ayuntamiento de León abordará una «intervención integral» que obligará a renovar toda la zona tras afrontar esta incidencia que lleva varios meses a la espera de una solución.
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