El Consejo de Ministros de este martes 4 de febrero aprobó la nueva jornada laboral máxima de 37,5 horas semanales que, aún así, deberá pasar por el Congreso de los Diputados para su implementación definitiva.
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En León, tanto los dos sindicatos mayoritarios (UGT y CCOO) como la patronal ven esta medida con ojos diferentes. Desde los sindicatos recuerdan que es un avance «muy importante» ya que la jornada laboral llevaba vigente dese 1983. «Ya tocaba», expresa Enrique Reguero, secretario provincial de UGT. «Es un gran paso», apunta Elena Blasco, su homónima en CCOO.
«No sólo es la reducción de horas es sí, también mejora la vida de las personas, redistribuye la riqueza, favorece la conciliación... y todo ello se traduce en más productividad y mejor clima laboral», defiende Blasco. «Lo que se busca es que el trabajador tenga más libertad y más descanso», apunta Reguero.
La patronal, a través de la Federación Leonesa de Empresarios (Fele), lo ve diferente. Enrique Suárez, secretario adjunto de la organización, insiste en que no se oponen frontalmente a que el trabajo sea «más productivo y con un horario reducido», pero lamenta que se haya «impuesto» y sin adecuarse «a la competitividad de las empresas por sector y por zona geográfica».
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«Estas medidas se deben llevar a cabo a través del díalogo social. Y no ha habido ningún diálogo. No se tiene en cuenta nuestro sistema económico ni el tamaño de las empresas», lamenta Suárez.
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Desde los sindicatos hacen un llamamiento para implementar, junto a estas medidas, «intervenciones legales» para evitar «el aumento de las horas extra» y que se vigile la «desconexión digital», señala Reguero.
Por su parte, desde la Fele cifran en «unas 70 horas anuales» que las empresas «pagarán sin obtener trabajo a cambio» con el aumento de costes laborales «en un contexto de pérdida de competitividad» que supone.
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En cuanto a los sectores más afectados, desde UGT señalan el comercio, la hostelería y la agricultura y Blasco suma la industria y la construcción y, en especial, «a los hombres, que tienen más contratos a jornada completa e indefinidos».
Enrique Suárez pone en foco en algunos sectores que ya tienen problemas para cubrir vacantes y que, ahora, verán agravada esta situación: «El comercio perderá 88 horas anuales, servicios casi 70, la industria 73, el transporte hasta 90 y la construcción hasta 30». A ello suma el problema de personal de las microempresas.
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