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«Solo pido que nos dejen al menos una mano a la que agarrarnos para sentir que no estamos solas», relata emocionada Andrea González. La joven leonesa ingresó en el Hospital de León el 11 de enero de 2023. Tras ponerse de parto acudió a Urgencias.
«Me mandaron a mi domicilio porque me decían que aún no estaba de parto», asegura González. Horas de contracciones y dolores que iban en aumento le hicieron volver al Hospital. «Deciden hacerme una cesárea de urgencia porque mi hijo venía de nalgas», indica la joven. Una situación que recuerda de forma «traumática» ya que, según ha explicado a este medio: «El trato del personal fue muy desagradable en general».
«Me meten al quirófano sin dejar que me despidiera de mi marido. Me pinchan sin control intentando buscar la vena para la anestesia», indica González. Una situación que se fue agravando tras su ingreso hospitalario. La joven no recuerda muchos de los momentos debido a que le quitaron las gafas antes de entrar al quirófano. «Sin gafas no veo nada. Me ataron las manos», añade a su relato mientras cada momento «horrible » y«traumático » viene a su mente.
El personal médico comenzó el proceso para realizar la cesárea. A las cinco de la mañana el momento que Andrea y su marido llevaban meses esperando había llegado. «Empiezo a oír llorar a mi hijo, me lo enseñan por encima de la manta que te separa y me dicen que se lo llevan al pediatra», recuerda González. Una práctica que pone en cuestión ya que en semanas previas su matrona había elaborado un plan de parto que no pudo entregar para realizar una cesárea un poco más humanizada.
«Aquí no se plantean cesáreas así, pero me habían asegurado que mientras te acaban de coser podría tener a mi hijo encima», añade la joven que explica que «el tiempo no pasaba» ya que «estaba sola y lo sentía más». Después de dar a luz, fue una de las matronas la que cogió a su hijo «me lo acercó a la cara y no lo veía» indica tras explicar que siente «impotencia» al «no recordar los primeros minutos junto a su hijo».
Momentos después, tras un beso en la frente les volvieron a separar. «Hacía todo como un robot. Me bajaron a rehabilitación con más enfermos de otras operaciones y me dejaron ahí sola durante horas», asegura González. La lactancia materna es uno de los problemas más grandes en los primeros días, debido a que muchos de los bebés no consiguen adaptarse a la alimentación mediante el pecho de su madre. «Lo primero que hacen es ponerme al niño encima y gracias a Dios se agarró al pecho», añade tras indicar que el problema «no estaba solucionado».
Las primeras cinco horas de la vida de su hijo, que apenas puede recordar. «Yo no sabía nada de cómo estaba y mi marido tampoco sabía cómo estaba yo, nadie nos decía nada», explica González. Una situación a la que «nadie más debe exponerse», según denuncia la joven y con la que se sintió «vulnerable en el momento más importante de nuestra vida».
El estado de «shock» provocado por la separación de su hijo, la soledad de su ingreso y el desconocimiento de lo que estaba ocurriendo en ese momento generó que «el momento más especial de tu vida se convierte en un momento que no quieres recordar». La denuncia social ha llegado a más de 29.300 personas. Firmas que denuncian «un parto traumático» y que piden soluciones mediante un protocolo que incluya «cesáreas humanizadas y acompañadas» en León.
«No quiero que nadie pase por lo que yo pasé», asegura la joven. En su denuncia recalca la necesidad de un personal que «apoye» y «se preocupe». «Solo queremos a alguien que nos recuerde que no estamos solas. Que nos diga cómo está nuestro hijo», indica mientras destaca que «hubo quien sí se preocupó, había profesionales de verdad».
Un recuerdo que se ha convertido en una «mezcla» entre «algo doloroso que no quieres recordar» y «cosas que escapan, porque no era del todo consciente». Tras ocho meses de dolor y silencio, la leonesa decidió contar su historia para poner voz a todas las mujeres que habían pasado por una circunstancia similar «desde que lo hice público no han parado de llegarme mensajes de mujeres que pasaron por la misma situación». Ni su familia ni su entorno se imaginaban el «infierno» por el que Andrea había pasado durante las horas de su parto.
«No quería hablarlo porque tenía tan interiorizado y tan normalizada una cesárea así que no lo cuentas a la gente», añade para justificar su «silencio» en el dolor.
La recogida de firmas se acompañó de una queja al Hospital de León. «Me contestaron diciendo que lo sentían y que a finales de año iban a cambiar los protocolos en cesáreas», asegura la joven que no «ve cambios» tras llevar un mes del nuevo año sin noticias. «Entiendo que no es un cambio inmediato pero no han cambiado nada», explica tras hacer pública su petición para evitar «más casos de partos traumáticos».
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Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
José A. González y Álex Sánchez
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