Era una tarde nublada, con temperatura primaveral agradable. Acababa de iniciarse la semana en ese lunes, 12 de mayo de 2014, en la que se ejecutó un asesinato que cambió para siempre la vida política de la provincia de León.
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Todo se fraguó en apenas ... 90 minutos, los que pasaron entre la reunión en el piso de las tres implicadas y el momento en el que dos de ellas fueron detenidas. Por el medio quedaron tres disparos, dos de ellos mortales de necesidad, que acabaron con la vida de la presidenta de la Diputación de León y del PP de León, Isabel Carrasco.
La política leonesa tenía previsto asistir a un mitín de la campaña de las Elecciones Europeas de 2014 en Valladolid, al que asistiría Mariano Rajoy, presidente del Gobierno en ese momento. Había salido de casa minutos después de las cinco de la tarde para recorrer los 350 metros que separaban su domicilio de la sede del partido, en el Paseo de Salamanca, donde la esperaban Guillermo García, delegado de la Junta en León; Ricardo Gavilanes y Agustín Rajoy, concejales en el Ayuntamiento de León; y Marcos Martínez, vicepresidente de la Diputación de León. Con todos ellos tenía previsto acudir al acto de campaña.
A las 16:30 horas, la policía local Raquel Gago llegó con su vehículo a la confluencia de las calles Sampiro y Lucas de Tuy. Allí debía esperar para recoger el arma que su amiga Triana le entregaría.
A las 16:52, Triana y su madre Montserrat aparcaron su coche en el esquinazo de Roa de la Vega con Gran Vía de San Marcos, donde retiraron un ticket de la ORA.
Cuando Isabel Carrasco sale de su vivienda, situada en Condesa de Sagasta 34, son las 17:12 horas. Ya está siendo vigilada por Montserrat, que la persigue ocultando su rostro con gafas de sol, gorra y un pañuelo; también lleva guantes y una parka color verde militar. Recorre tras ella los últimos 150 pasos que la política leonesa daría con vida, hasta que alcanza la cresta de la pasarela blanca que comunica la Condesa con el Paseo de Salamanca.
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Acababan de pasar las cinco y cuarto de la tarde cuando se oyen tres disparos. El primero, por la espalda y sorpresivo, alcanza el corazón de Isabel. La mujer cae al suelo y recibe otros dos impactos para rematarla: en mejilla y cabeza. La política fallece prácticamente en el acto.
Montserrat trata de huir por la zona ajardinada de la Condesa, sin percatarse de que un policía nacional jubilado ha presenciado los hechos, está llamando al 112 y comienza a perseguirla mientras callejea por la zona de Colón.
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Alcanza Lucas de Tuy, gira a la derecha hacia la calle Colón y luego a la izquierda hacia la plaza del mismo nombre. Ahí logra despistar -por unos minutos- al ciudadano que la sigue. En un pasaje de la plaza se encuentra con su hija Triana, a quien entrega una bolsa en cuyo interior hay un bolso que aloja el pañuelo y el arma del crimen.
Madre e hija se separan. Previamente, a las17:19 horas, Triana ha llamado a Raquel Gago para cerciorarse de que se encuentra en el lugar establecido. Hacia allí se dirige, ya con la bolsa que esconde el revolver, y lo deposita en la parte trasera del vehículo de la agente, que conversa con un trabajador de la ORA y abre el coche con el mando remoto.
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Tras depositar la bolsa, en la parte trasera del coche de Gago, Triana regresa a buscar a su madre en el punto donde habían dejado su propio vehículo.
Una vez en el lugar, la hija encuentra a la madre ya detenida, siendo ella también arrestada.
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