La reapertura de la Ruta de la Plata beneficiaría a cinco millones de personas

La Ruta de la Plata lleva varios meses reivindicando su vuelta a la vida. Una línea ferroviaria que afecta a algunas de las provincias que llevan décadas sufriendo la despoblación y el envejecimiento y que ven aquí el revulsivo necesario para reactivar el oeste.

La cuenta @casadelcribero lleva tiempo haciendo un seguimiento informativo a esta reivindicación y publicando diferentes mapas en los que señala las ventajas de recuperar esta línea que conectaría directamente Sevilla con Gijón, un puerto al sur de España con uno en el norte.

El tramo más complejo de esta infraestructura serían los 120 kilómetros que unen Plasencia con Salamanca, a través de la sierra de Béjar, y que requiere de ocho viaductos y un túnel.

La sociedad civil, 12 cámaras de comercio, instituciones locales y autonómicas se han dado la mano para sacar del cajón del olvida la Ruta de la Plata.

Esta antigua vía permitiría conectar siete provincias y ocho áreas metropolitanas con algunas de las zonas que más están sufriendo el llamado reto demográfico. Se estima que hasta cinco millones de personas se verían afectados directamente -la población de Sevilla, Badajoz, Cáceres, Salamanca, Zamora, León y Asturias-, a lo que se sumarían otros cinco millones de provincias limítrofes que podrían hacer eso de este nuevo eje norte-sur ferroviario sin necesidad de pasar por Madrid.

No en vano, el peso político del oeste se reflejaría en 39 escaños que en las últimas Elecciones Generales dejaron 18 diputados al PP, 15 al PSOE, 3 a Vox y 3 a Sumar.

El objetivo de las plataformas es acelerar los pasos para pedir a Europa su inclusión en la red básica y adelantar la ejecución de la obra, que podría acudir a fondos europeos, para un horizonte máximo de 2040. La exclusión de esta red dejaría en el limbo la infraestructura hasta al menos 2050.

En 2017, la Comisión de Transportes impulsó la puesta en funcionamiento de los 347 kilómetros entre León y Plasencia. Un impulso que ahora, en 2024, queda reducido a un estudio de viabilidad con un periodo de ejecución de 24 meses, lo que deja en el aire hasta 2026 la decisión del Gobierno de España de apostar por este eje oeste.