El don Quijote del leonesismo no pierde la esperanza: «También cayó el muro de Berlín»

El don Quijote del leonesismo inició este sábado su décimo octavo año reclamando, como cada primer sábado de cada mes, la autonomía para la región leonesa. Félix José Pérez Eechevarría, más conocido como 'El Cheva', comenzó con sus sabatinas reivindicativas en abril de 2006 en la plaza de Botines y desde entonces, salvo por el confinamiento impuesto por el coronavirus, no ha faltado un solo primer sábado cada treintena. 202 meses al pie del cañón, ajeno a las críticas, a las miradas inquisitivas e, incluso, a algún que otro comentario despectivo.

«Tarde o temprano nos llegará la autonomía, pero hay que perseguir lo que se busca. El muro de Berlín cayó, el apartheid cayo, hasta el régimen de Cuba ha cambiado, pero hay que perserverar», afirma 'El Cheva', impertérrito frente al cartel en el que se puede leer '¿Autonomía leonesa ya!'.

Y es que para El Cheva el culpable de esta «opresión» tiene nombres y apellidos: la Junta de Castilla y León, que, a su jucio, trata a León, Zamora y Salamanca como «meras colonias» de las que extraer plusvalía económica.

«Es que despoblar la región es su objetivo. Tienen a la región como una colonia en la que instalar molinos de viento, placas solares, macogranjas; que no haya nadie y así poder construir pantanos más altos y traernos su basura. Mientras, la industria para Castilla», comenta con convencimiento el ferviente autonomista.

Sin embargo, las diatribas de este activista no solo apuntan en una dirección, sino que también pone las pilas a todos aquellos leoneses han caído en la apatía y la abulia, especialmente a organizaciones y empresas que parecen conformarse con las «limosnas» que llegan desde Valladolid: »El principal problema de León somos los leoneses, que no acabmaos de darnos cuenta que hay que tirar de las orejas a cierta gente, no solo a políticos, sino tambiñen a cargos sociales, emnpresariales, cámaras de comercio y demás organizaciones que no son conscientes hacia dónde va el pueblo leonés; pero parece que todo el mundo está a gusto con las subvenciones».

Todos estos años de prédica en el desierto -si bien es cierto que El Cheva no lo siente así- no han desmotivado a nuestro protagonista. Con la mirada puesta en las próximas elecciones, este activista no pierde la esperanza de que León solo llegue a ser posible alguna vez. Su tesón es inquebrantable, pero confiesa que le duele que le identifiquen con un mero separatista: «Es verdad que soy un fanático de la autonomía leonesa, pero ante todo soy español»

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