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Llega a la Audiencia provincial del hombre acusado de querer asesinar a su exmujer en Sahagún tras propinarle diez puñaladas. N. Brandón

«Si hubiera querido matarla, no voy con una navajita. Voy y la mato»

El acusado de intentar asesinar a su exmujer en Sahagún tras asestarle diez puñaladas reconoce que se encontraba «en una espiral de autodestrucción» | «Yo sólo quería rajarle la cara», señala el individuo, sobre unos hechos acontecidos el pasado 20 de septiembre del 2018

N. Brandón

León

Lunes, 20 de diciembre 2021, 11:31

El acusado de intentar asesinar a su exmujer en Sahagún propinándole diez puñaladas se ha mostrado contradictorio sobre su intención de matarla en los hechos sucedidos la noche del 20 de septiembre de 2018. Reconociéndose en una «espiral de autodestrucción», el acusado ha explicado este ... lunes en la primera sesión del juicio en la Audiencia provincial de León que esa noche bebió «más de una docena de cervezas, consumí un gramo y medio de cocaína, fumé porros, pastillas antidepresivas... Lo habitual. Consumía desde que me levantaba».

El acusado ha expuesto versiones contradictorias durante sus diversas intervenciones. Tras ser cuestionado por su defensa, alegó que no tenía ninguna intención de asesinar a su exmujer.

Sin embargo, la versión cambia con las preguntas de las acusaciones, tanto del fiscal como de la particular. Señala que esa noche fue a casa de su exmujer para coger un televisor que necesitaba para conectar un ordenador. Al entrar en la habitación y ver «su carita de ángel» es cuando «me llevan los demonios».

Es en ese momento cuando, de acuerdo a los acontecimientos relatados por el acusado, se pone encima de su exmujer en la cama y piensa que quiere matarla y rajarle la cara. En medio de ese forcejeo, aparece en la habitación la hija de ambos e intenta poner fin a la agresión, instante en el que su padre, tal y como él relata, intenta apartarla «para que no sufriera ningún daño y es cuando se cae de la cama». Este sería el momento en el que se habría podido producir la agresión a su hija de la que también se le acusa.

«Sólo quería rajarle la cara»

El acusado sólo recuerda haber producido una perforación a su exmujer, en la zona del vientre, en un momento en el que «intenta apoyar la rodilla en la cama y me venzo sobre ella». Es ahí cuando ve salir sangre y dice a su hija que llame al 112. «Yo sólo quería rajarle la cara», ha reiterado el acusado.

La mujer finalmente se zafa de su agresor con ayuda de su hija y sale a la calle a buscar auxilio. El hombre ha relatado haberse quedado atrapado en la habitación y cuando consiguió salir, bajó «tranquilamente a la calle e ir a mi casa a consumir», sin querer perseguir a su exmujer. «Me temblaban las piernas», ha puntualizado.

Una vez en la calle, fue cuando se encontraron y él se dirigió hacia ella para «calmarla», justo en la zona del cuartel de la Guardia Civil donde las cámaras de seguridad captaron las imágenes. Durante el juicio, el acusado se ha reconocido en la grabación, y aunque ha negado que en la calle siguiera con la intención de seguir agrediéndola, la acusación ha añadido que las imágenes muestran que efectivamente sigue apuñalándola.

Hubiera «cogido un cuchillo de cocina»

Cuando llega un vecino, al que el acusado dice no ver, cesa la agresión, aunque en su relato el hombre ha explicado que dejó el «forcejeo por su decisión propia».

Finalmente, el hombre ha reiterado que si hubiera querido matarla, hubiera «cogido un cuchillo de la cocina, no voy con una navajita». En todo momento se ha referido al arma de la agresión como una multiusos que solía llevar encima y durante el juicio se han mostrado imágenes de catanas que el acusado tenía en el salón.

El acusado también incide en que ha «comenzado a recuperar escenas de lo sucedido esa noche tras tratamiento psicológico porque no me acordaba de esa noche». Ha insistido en que cuando llega a casa después de las puñaladas a su exmujer se sienta en el sofá y consume lo que quedaba en el salón. Es entonces cuando queda semiincosnciente y a los dies minutos se despierta y se ve las manos llenas de sangre, sin saber qué había pasado.

«Yo ya estoy jodido, te voy a matar»

Durante la sesión celebrada este lunes también ha prestado declaración la mujer, que desde un principio ha dejado claro que la intención de su exmarido «no era hacerme unas marquitas. A la vista están mis marcas, yo las veo todos los días».

A pesar de que su exmarido ha declarado que en el momento en que el forcejeo continúa en la calle él quería tranquilizar a su mujer, ella ha insistido en que «seguía golpeándome y seguía notando la navaja. Le salía espuma por la boca».

Además, sólo recuerda estar ya en la calle pidiendo ayuda, sin saber dónde estaba su hija, que había quedado en casa con su agresor, y entonces volvió a aparecer de nuevo su exmarido. Ahí fue cuando pronunció una frase: «Yo ya estoy jodido, te voy a matar». La mujer recuerda a una vecina a gritar desde la ventana y ver aparecer a otro vecino con camiseta blanca, momento en que según su declaración, su exmarido cesa en la agresión, aunque él ha declarado que para por decisión propia. Es la hija de ambos quien arrebata la navaja a su padre, una multiusos que él dice soler llevar encima, aunque su hija sólo recuerda verle con ella en contadas ocasiones.

La mujer ha comentado que su relación con su exmarido duró 15 años y que deciden ponerle fin de mutua acuerdo. Fue a raíz de la separación cuando, según su versión, comienza a mandarle mensajes de insultos y amenazaba a cualquier hombre con quien le viese hablar. «Para él, estaba liada con todos los hombres con los que me veía hablar».

La hija de ambos le arrebató la navaja

Su marido, que tenía llaves del domicilio, vivía a cinco minutos de ella, y era habitual que se viesen por Sahagún. «Tenía las llaves porque era el padre de mi hija, él tenía un montón de cosas en casa. Iba por allí cuando quería».

Finalmente, ha declarado la hija de ambos, quien ha explicado que efectivamente su padre le dijo que llamara al 112 y que ella misma le intentó retener en la habitación para que su madre escapase de casa. Después ella salió corriendo detrás, mientras que su padre salió más tarde «como un minuto más». En todo momento ha declarado que ella cree que su padre «sabía perfectamente lo que hacía. No lo hizo por estar bajo los efectos de las drogas o el alcohol. Su estado normal era abusar de sustancias y nunca había estado agresivo. No es por las drogas», ha sentenciado. Además, ha relatado que su padre la llegó a pegar hasta «tres patadas» aquella noche. En cuanto a la escena de la calle cuando su madre acudió a pedir ayuda al cuartel de la Guardia Civil, ha relatado que vio cómo él le asestaba otra puñalada, momento en que decide arriesgarse a quitarle la navaja.

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