La tradición, de los pies a la cabeza. Y, precisamente por los pies empezó esta aventura.
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Una veintena de personas se han citado en Guzmán el Bueno para celebrar la vestimenta de sus antepasados que todavía hoy perdura en la montaña leonesa.
Una veintena de ... personas y hasta cuarenta madreñas, dos por persona, como marca la razón, han pisado con fuerza y seguridad hoy sobre las aceras de la capital leonesa.
Colores y tamaños para todos los gustos. El marrón triunfó, no era para menos con esta tradición, y la madera sirvió para traer a la ciudad ese calzado rústico que tanto ayuda a los lugareños de la montaña a pasar el duro invierno.
La iniciativa, creada por Octavio Álvarez, alpinista que subió al Kilimanjaro con este calzado, ha surgido ahora con el objetivo de poner en valor la indumentaria clásica y reforzar la idea de que la gente de pueblo «también existe».
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