El PSOE apuñala a Diez

Que José Antonio Diez no soporta a Javier Cendón es tan evidente como que el segundo tiene al hoy alcalde en su punto de mira desde hace meses. Ni se entienden ni comulgan ni se toleran. Agua y aceite para cocinar en la misma cazuela.

Su enfrentamiento, sin embargo, ha ido ahora mucho más lejos. Esa incompatibilidad personal se ha transformado en un odio intolerable, resuelto de la peor de las formas posibles: lejos del diálogo, a kilómetros de una propuesta para el entendimiento, con odiosas intervenciones y, lo que es peor, olvidando lo que se representa.

Siendo gravísima la situación lo es mucho más cuando quien ostenta un poder superior, en este caso la dirección provincial del partido, no activa los recursos suficientes como para solventar un desencuentro que tiene puntos razonados.

Es objetivo, y así se ha constatado desde hace meses, que la agrupación local de León mantiene una 'lluvia fina' de afiliaciones llegadas desde El Bierzo, principalmente, con un aire 'sospechoso'.

Es evidente, en la misma línea, que esas afiliaciones sustentan la creación de una alternativa real a Diez en la agrupación local de León. Y es tan evidente como que la candidata habilitada por las mismas, Pilar Carnero, tiene el respaldo de la dirección provincial en una ambiciosa apuesta por eliminar al actual alcalde del escenario político socialista.

Que existe un deseo de liquidar a Diez resulta tan palmario como que la candidata aupada por el aparato del partido ya no rechaza ser la 'número 1' en la lista municipal.

Siendo lo ocurrido increíblemente legítimo a esta ecuación aún sin resolver le falta una variable en nada irrelevante: le guste más o le guste menos a la dirección provincial del PSOE en la provincia de León el hoy alcalde de León se ha convertido en uno de los principales activos de este partido.

Hoy Diez es un político, un alcalde, y un representante público, considerado, próximo, con capacidad de gestión y con una mochila en positivo muy difícil de alcanzar cuando se ejerce en una alcaldía.

No hay duda, Diez cuenta con tantas cosas buenas que, efectivamente, no tiene cabida en el PSOE de estos tiempos. Quizá por eso se le apuñala, y quizá por eso el aparato del partido se ha activado para triturarle.

Queda por conocer qué ocurrirá en los próximos días y qué sucederá cuando el día 4 se vote en una asamblea que se presume sumamente tensa al nuevo secretario general de los socialistas en la capital, la agrupación más amplia del socialismo en toda Castilla y León.

Ocurra lo que ocurra, finalice como finalice este desigual enfrentamiento, solo habrá un perdedor: el PSOE, un partido que vende diálogo a los cuatro vientos mientras afila los sables en su propia casa. Un partido capaz de respaldar a uno de los suyos en la madrugada para llevarle al paredón al amanecer. Un partido, partido. Eso sí, con luz y taquígrafos.