Que proteger a los galgos no sea «luchar contra molinos»

«Creemos que los galgos son los grandes perjudicados por la caza y luchamos para que la nueva ley de protección animal los incluya», explica Mónica Escudero, coordinadora de la plataforma convocante No A la Caza en Castilla y León.

Una manifestación que ha partido de Guzmán para terminar en la Catedral donde cerca de medio centenar de personas acompañadas por decenas de galgos, algunos con evidentes problemas de movilidad tras ser abandonados, han leído un manifiesto y un poema en defensa de estos canes.

Lo cierto es que, aunque este grito de ayuda se ha repetido en 45 ciudades españolas y en 18 internacionales, una de sus exigencias está muy lejos de ser atendida.

La ley se encuentra en la actualidad «en el mismo punto, con los perros de caza excluidos». «Deseamos, queremos y exigimos que entren, pero es luchar contra molinos, va a ser imposible», lamenta Escudero.

Castilla y León es una de las comunidades más afectadas por esta problemática al contar en su territorio con muchos espacios de caza. El foco está puesto en el fin de la campaña de caza con galgos al cierre de febrero, que puede suponer un aumento de abandonos. «Es una lacra el maltrato que hay hacia estos animales porque los hacen desaparecer», concluye Escudero.

Según el estudio de la fundación Affinity el fin de la temporada de caza es el principal motivo de abandono de perros en España. «A estos datos hay que sumar los perros abandonados durante y antes de empezar la temporada de caza, nuestros cálculos son de más de 114.000 perros abandonados cada año, provenientes de la caza», indican.