Todo estaba previsto para que esta mañana el vuelo con los reyes de España aterrizara en el Aeropuerto de León. Sin embargo, la niebla aparecía y obligaba a buscar una alternativa.
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Nada hubiera ocurrido de no ser por los problemas que viene arrastrando el aeródromo leonés desde el pasado mes de diciembre. El sistema de aterrizaje en baja visibilidad, necesario para garantizar la seguridad, sigue estropeado y, de momento, sin una solución.
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Felipe VI y Letizia tuvieron que aterrizar en el Aeropuerto de Villanubla -Valladolid- para, posteriormente, ser trasladados en el vehículo de Casa Real al CEIP Gumersindo de Azcárate, en León.
Los monarcas no escaparon a las incidencias que se vienen repitiendo en el aeropuerto de La Virgen del Camino y que ya ha obligado a desviar a pasajeros a Asturias en diferentes vuelos regulares de esta Navidad.
El protocolo de Casa Real también obligó a movilizar una Unidad Medicalizada de Emergencias de Valladolid, dejando a la ciudad castellana sin una de las tres de las que dispone. Así lo denunciaba la asociación ASECYL, tal y como recoge El Norte de Castilla.
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En explicación de esta situación, la Consejería de Sanidad explicaba que la previsión era que el avión aterrizase en León pero, por cuestiones meterológicas, tuvo que hacerlo en Valladolid lo que generó «una contingencia controlada que no afecta a la asistencia de Valladolid ni ha creado problemas».
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