Los primeros seguimientos a pacientes con neumonías graves o moderadas por Covid-19 arrojan bajas secuelas pulmonares

Así lo explica a Ical Elena Bollo, jefa del Servicio de Neumología de León, acreditado como unidad especializada de «excelencia» por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). También, es una de los médicos encargados de la nueva consulta interdisciplinar para el seguimiento a los pacientes infectados por COVID-19 que se han abierto en todos en los servicios de Medicina Interna y Neumología de los hospitales de Sacyl. En el caso de los comarcales, los de Miranda de Ebro, Aranda de Duero, en Burgos, y el de Medina del Campo, en Valladolid, el seguimiento recae en Medicina Interna.

«No hemos visto un número exagerado de secuelas pulmonares, y estamos viendo que en la mayoría de los pacientes la resolución es bastante buena», dice, si bien aún se está a falta de comenzar el seguimiento de los pacientes que tuvieron que ingresar en la UCI afectados por las formas más graves o las complicaciones derivadas de la infección SARS-CoV-2.

Aunque prefiere no aventurar, es optimista, a falta del grueso de pacientes que estuvieron muy graves e ingresados en la UCI, a los que comenzarán a revisar a partir de la próxima semana, una vez que se ha dado margen al pulmón para recuperarse. «Entonces, tendremos más datos sobre las secuelas respiratorias de esta nueva enfermedad» de la que «hay que estar muy pendientes, vigilar y seguir a todos los pacientes que haga falta». «Con la experiencia que hay de las anteriores infecciones por coronavirus, del MERS y el del SARS, se estimaba que en alrededor del 10 por ciento de los pacientes podrían quedar secuelas, pero el COVID-19 es una enfermedad nueva y no sabemos aún cómo se va a comportar», precisa.

Lo que sí se han comprobado son secuelas pulmonares intecistiales o fibrosis pulmonar, así como alteraciones de la coagulación que desencadenan fenómenos trombóticos, que en algunos casos derivan en embolia pulmonar o tromboembolismo pulmonar. Estos pacientes son los que son susceptibles de ser derivados a las consultas interdisciplinares de las distintas provincias, para lo que existe un protocolo fijado por Sacyl que arranca en Atención Primaria.

En concreto, entre las ocho y doce semanas estas personas son sometidas a una radiografía de control. Aquellos que muestran alteraciones radiológicas persistentes, analíticas o de coagulación alta; mantienen síntomas más allá de los tres meses, como disnea, mala saturación basal o necesidad de oxígeno domiciliario, síntomas cardiacos (dolor torácico, palpitaciones, mareo-síncope), clínica previa vascular (tromboembólica), o deterioro cognitivo que hagan pensar en una mala evolución son derivados por su médico de Familia.

El criterio general es una revisión a los tres meses del alta en pacientes con cuadros graves o moderados, y se establecen revisiones a los seis, nueve y doce meses, en función de la gravedad del cuadro previo y particularidades o comorbilidades específicas de los pacientes. Estas consultas son tanto presenciales como telemáticas, dependiendo de la estratificación, requerimientos y gravedad del paciente.