El presunto asesino de Mario Fuentes: colaborador para entregar el arma y lágrimas en el calabozo

Pese a la conmoción inicial desatada por el enfrentamiento entre los jóvenes, los que se encontraban en la zona del aparcamiento de un supermercado de la zona y quienes llegaron al lugar en dos vehículos, los datos se sumaban.

Había una descripción más o menos clara de los participantes y, lo que era más importante, la descripción de las matrículas de los vehículos en los que se desplazaron los sospechosos. Incluso algunos de los presentes en la zona les identificó por una presencia previa en otra zona próxima en la que había comenzado la noche de fiesta.

La localización de los vehículos y sus titulares y los primeros interrogatorios permitieron identificar a Jorge C.B. como el presunto autor del apuñalamiento que finalmente le había costado la vida al cántabro Mario Fuentes.

Ambos eran estudiantes de la Universidad de León, pero sin relación aparente entre ellos. Uno vinculado a Ciencias de Ciencias del Deporte, y el otro a la Facultad de Derecho. Mario, la víctima, con buena reputación entre sus compañeros. El agresor, todo lo contrario, ni tenía buena consideración entre quienes fueron sus compañeros ni desataba la más mínima empatía entre el profesorado, que le recuerda como un elemento desafiante en las propias clases.

Localizado el presunto autor material del crimen la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) estableció un dispositivo de vigilancia en el barrio de Eras de Renueva. Especialmente centralizado en el inmueble donde Jorge C.B. residía.

Antes le habían llamado de forma reiterada a su teléfono móvil, pero no hubo respuesta en ninguno de los intentos. Fue bien entrada la mañana que se pudo ver al sospechoso fumando en la terraza del inmueble -un octavo piso, recuerdan-.

El operativo policial estrechó el cerco en ese momento. Los agentes pasaron al interior del inmueble y se atrincheraron a la puerta a la espera del permiso judicial para acceder al interior de la vivienda. Mientras llamaron de forma reiterada y solicitaron a Jorge que les abriera la puerta voluntariamente. Nada, sin respuesta.

Durante la espera también se presentó en la escena el abogado del joven, a quien se le hizo conocedor de la situación y se le pidió que se mantuviera por el momento en un segundo plano.

Fue finalmente fue Jorge C.B. quien permitió la entrada de los agentes al piso mostrándose colaborador con los mismos. El ahora detenido, puesto a disposición judicial y en breve con destino a la prisión de Villahierro, en Mansillas de las Mulas, entregó el arma del crimen y fue detenido y esposado sin ofrecer resistencia alguna al operativo policial.

En el calabozo de la comisaría de la Policía Nacional, en León capital, Jorge C.B. pasó este domingo su primera noche a la espera de testificar de forma oficial. A los agentes les aseguró que no pretendía matar a nadie y una buena parte de la mañana se la pasó entre sollozos.

Mientras, el cuerpo de Mario Fuentes será incinerado según el expreso deseo de su familia.