El posible impacto de una DANA en León: ¿está la provincia preparada?

El reciente episodio de la DANA que azota Valencia, Cataluña o Málaga ha dejado en evidencia las vulnerabilidades de muchas ciudades españolas frente a fenómenos meteorológicos extremos. A raíz de este suceso, surgen muchas dudas por parte de los gobiernos autonómicos sobre la preparación urbanística y el mantenimiento de los inmuebles.

El arquitecto urbanístico Rogelio Geijo incide en la necesidad de apostar por crear protocolos de actuación tomando de referencia otras culturas acostumbradas a estas situaciones.

Uno de los principales factores que podrían agravar la situación en caso de una DANA en León es la acumulación de agua.

Según Geijo, la ciudad debe entender que las construcciones no sólo deben resistir la lluvia que cae directamente sobre ellas, sino también la que se acumula en sus alrededores, especialmente en zonas con topografía más baja, como los pueblos de Villaobispo y Villaquilambre. «El agua siempre sigue los cursos naturales, como ríos y arroyos, y la expansión urbanística de los últimos 30 años ha permitido construir en zonas que no deberían haberse edificado», señala Geijo.

La cultura impuesta en otros países sobre catástrofes naturales como es el caso de Japón o Estados Unidos, obliga a creer protocolos muy estrictos sobre cómo actuar ante fenómenos meteorológicos extremos, «desde la infraestructura hasta la evacuación«. Sin embargo, Geijo lamenta que en España y, concretamente, en León, no exista una cultura de prevención adecuada: »No tenemos la cultura ni la importancia que se le da a la protección en situaciones extremas. En Asia y Estados Unidos todo está mucho más controlado«.

Por ello, insta a mejorar los protocolos de actuación en las comunidades de propietarios, en los colegios y en la sociedad en general. A modo de ejemplo, resalta que en situaciones de inundación lo más básico es nunca bajar a los garajes y siempre buscar plantas altas en los edificios: «Es algo que, por desgracia, vamos a tener que aprender a raíz de vivir esta dura experiencia».

Un aspecto clave para «mitigar» los efectos de fenómenos como la DANA es el mantenimiento adecuado de las infraestructuras urbanas. Geijo destaca que la correcta gestión de las instalaciones de saneamiento y drenaje es «fundamental» para evitar que el agua se acumule y cause daños a las estructuras. «El agua es muy dañina para las construcciones, puede dañar puentes, pasos subterráneos y generar bolsas de agua bajo el terreno», advierte el arquitecto.

En cuanto a las construcciones, Geijo subraya que no todas las edificaciones están igualmente preparadas para soportar «situaciones extremas«. Las viviendas antiguas, por ejemplo, son especialmente vulnerables, ya que muchas de ellas no cuentan con sistemas de drenaje o evacuación adecuados. »En las zonas rurales, donde la arquitectura es más tradicional, el problema es aún mayor. Las casas de barro o las construcciones sin las debidas medidas de seguridad están mucho más expuestas«, explica.

La gestión de una emergencia, como una DANA, requiere de una coordinación precisa entre las autoridades, los cuerpos de seguridad y la ciudadanía. Geijo resalta la necesidad de que las administraciones cuenten con protocolos claros para actuar de manera rápida y eficiente en situaciones extremas. «Es fundamental que la gente sepa cómo actuar sin pensar. Los protocolos deben estar interiorizados en la sociedad y no ser algo improvisado», confiesa.

A pesar de que el Código Técnico de la Edificación establece normas para garantizar la seguridad de las viviendas, Geijo advierte que en muchas ocasiones no se cumplen a rajatabla. «Los edificios deben estar preparados para soportar cargas y riesgos como inundaciones o fuertes vientos, pero la realidad es que hay zonas de León que no están completamente dimensionadas para este tipo de situaciones», subraya.

León cuenta con diversas zonas que, por su ubicación geográfica, son más vulnerables a los efectos de fenómenos meteorológicos extremos. Las áreas cercanas a cauces naturales, como los valles de la montaña, presentan un mayor riesgo de inundación debido a la acumulación de agua en puntos bajos. Geijo menciona que «la expansión urbanística de los años 90 y 2000 construyó en zonas que no deberían haberse edificado», lo que agrava aún más la situación.

Aunque en León la probabilidad de una DANA como la vivida en Valencia es muy baja o casi nula, el cambio climático está provocando fenómenos meteorológicos más intensos y frecuentes, lo que aumenta el riesgo. «Es necesario estudiar el cambio climático y adaptar nuestras infraestructuras y protocolos a estos nuevos retos», afirma Geijo.

Según destaca Geijo, la ciudad de León cuenta con edificaciones «seguras» y se rige por una normativa técnica que garantiza la seguridad estructural, aunque existen desafíos importantes en términos de cultura de prevención y mantenimiento. «Es fundamental que todos, desde los técnicos hasta los ciudadanos, estemos comprometidos con la seguridad de nuestros hogares y de nuestra ciudad. Debemos aprender a convivir con los fenómenos meteorológicos extremos de forma responsable», concluye Rogelio Geijo.

León necesita, con urgencia, fortalecer los protocolos de actuación ante situaciones extremas, mejorar el mantenimiento de sus infraestructuras y fomentar una cultura de prevención. Sólo así, según ha confesado el arquitecto, podrá afrontar con «garantías» un futuro marcado por el cambio climático y fenómenos meteorológicos imprevisibles.

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