Nadie se pone de acuerdo en Padre Isla: «La gente nos quejamos por todo»

El resultado final pretende dejar una calle mucho más amable, accesible y que dé prioridad al peatón. La obra, que encaran ya su recta final, incorporará zonas verdes y dejará una imagen diferente de esta castigada calle que desembarca en el corazón de León.

«La gente nos quejamos por todo. Si hace frío porque hace frío; si llueve porque llueve y si no porque no», reflexionaba un jubilado que pasea a diario por esta calle. «Unos quieren la calle peatonal, otros solo con árboles, otros con árboles y bancos... y como somos tantos vecinos, es muy difícil ponernos todos de acuerdo». En su caso, se conforma con que lo que hagan «quede bien hecho, como Dios manda y que sea beneficioso para los vecinos». Él está conforme con la obra porque Padre Isla necesitaba una intervención urgente. «La calle estaba muy mal, el aglomerado levantado y las aceras mal y muy sucias», expone, criticando también la «suciedad» que acumula la avenida y el «abandono» de este último tramo durante muchos años.

Otra vecina, alquilada de una vivienda en esta zona, difiere del anterior. Prefería Padre Isla tal y como estaba antes del calmado. «Se dijo al principio que se ensanchaban las aceras y no habían dicho nada; ahora no hay ni carretera y está todo lleno de coches igualmente porque les da igual aparcar en la acera que en la carretera. Esto es un cachondeo que no veas». Ella reconoce el malestar de sus vecinos y pide que el proyecto sea claro y se haga cuanto antes.

Un hostelero de la calle reconoce que la obra «va a quedar bien, bonita, no como dicen que estaba mejor antes». Dotar de mayor espacio al peatón beneficiará a su negocio, aunque ahora está pagando las consecuencias de una obra «que iba a terminar el 30 de junio y hasta agosto no la van a acabar». Sin embargo, lamenta que vaya a tocar «pasar por caja» para aparcar en cordón tras el último acuerdo alcanzado. «La calle va a quedar preciosa. Luego está el clásico de yo quiero árboles, yo quiero bancos, yo quiero coches... y ese es el problema en el que estamos. Pero va a ser una calle bonita».

Más problemas les surgirán a los dos talleres de Padre Isla. Ellos necesitan espacio de aparcamiento, que se verá reducido de 150 plazas a poco más de una treintena y de pago. «Necesitamos espacio para aparcar y nos lo van a quitar con zona azul y verde y aparcamiento en línea en vez de batería. Esto nos mata porque la zona azul es inviable para nosotros». Misma teoría sostienen en el otro taller. «Para nuestro negocio nos mata y para la mayoría de vecinos también porque no tienen donde aparcar y no tienen garaje».

Ha costado lograr el consenso en Padre Isla, y no a todos gustará el resultado final, pero la realidad es que los vecinos podrán disfrutar de esta calle que vivirá una rebaja del tráfico y dará más espacio al peatón. Todo ello con la vegetación que requerían los residentes y un mobiliario urbano que haga de este tramo un espacio más seguro.