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Raúl Pérez, agente de policía, en el puente de los Leones. Bárbara Garrote

El policía que impidió un suicidio en León: «Estar ahí para evitarlo es el mayor premio»

Raúl Pérez, agente de la comisaría de León, remarca que en eso momentos «lo que intentas es que ella olvide lo que quiere hacer» para poder salvar una vida y no tener que lamentar una desgracia

I. Santos

León

Viernes, 17 de mayo 2024

Una noche fría, húmeda y que Raúl no olvidará. El lunes 6 de mayo, el agente de la Policía Nacional de la Comisaría de León se encontraba en turno de noche patrullando con su compañero por Gran Vía de San Marcos cuando entró una llamada.

Un varón alertaba de que, en el puente de los Leones de la capital, había una mujer con intención de suicidarse. Raúl Pérez, agente de la Policía Nacional de León que intervino en la actuación, recuerda que «la llamada entró muy rápido y nosotros pudimos llegar muy rápido también» al lugar. Al inicio del puente, en la zona más cercana a Guzmán el Bueno se encontraba la pareja de la mujer que «estaba con un ataque de ansiedad y no podía aportarnos mucho». No tardaron en verla a ella, con todo el cuerpo por fuera del puente, con los pies en un pequeño espacio de unos 20 centímetros y agarrada a la barandilla fría y empapada por la humedad de la noche.

Una situación de la que se percató Raúl y que sumó a sus preocupaciones ya que «como hacía tanto frío corría el riesgo de que se resbalara cuando quisiera abortar el acto suicida y ya no hubiera un punto atrás». En ese momento, los nervios quedan atrás y «no te lo piensas tú tienes muy interiorizado un protocolo que tenemos desde 2021» y que todos los agentes de León conocen, por ello «cualquier policía lo haría bien».

Salvar una vida

Momentos complicados que tienen una gran recompensa y que hoy todos recuerdan. «No te lo piensas, son décimas de segundo y actúas instintivamente», remarca el agente que insiste en que la actuación «es una satisfacción» y sobre todo «que al día siguiente no se hable de una desgracia sino de una alegría y que la hayas estado ahí cerca para evitarlo es el mayor de los premios que tenemos los policías».

«Que al día siguiente no se hable de una desgracia sino de una alegría y es el mayor de los premios que tenemos los policías»

Raúl Pérez

Como recomendación y petición a la ciudadanía los agentes de Policía Nacional de León insisten en la importancia de «llamar el 091 porque es muy rápido» y aseguran que desde la sala se gestionan todos los demás servicios necesarios. Raúl remarca que «hay que llamar aunque se vea que otra persona está llamando, se llama igualmente porque eso a nosotros es lo que más nos ayuda».

El agente recuerda que «entre el tiempo sea más corto más posibilidades hay de salvar una vida». Pero no sólo hay que llamar al 091 cuando se ve un posible suicidio en la vía pública o se sospecha de que una persona esté intentando cometer tal acto. Las posibilidades para no llegar a eso también son múltiples y tender una mano a cualquier familiar, amigo o compañero de trabajo es fundamental.

024 Una llamada de ayuda

Se trata de una línea telefónica de ayuda a las personas con pensamientos, ideaciones o riesgo de conducta suicida, y a sus familiares y allegados, básicamente a través de la contención emocional por medio de la escucha activa

«Recuerda que el 024 puede ser muy útil para personas que se encuentren en esa situación», aseguran los agentes en la charla posterior al reportaje. Y es que a pesar de todo lo que se puede estar sufriendo en un momento, siempre hay alguien dispuesto a sujetar ese brazo y evitar la caída.

Comunicación activa

Raúl recuerda sobre el mismo lugar en el que actuó días antes cómo se acerca a ella y «establezco una comunicación activa con preguntas abiertas mostrándole empatía para que tuviera confianza en mí». Todo ello, para que «no pensaran lo que lo que ella quería hacer» durante unos minutos.

La coordinación de los agentes de toda la provincia hizo que en ese mismo momento «llegó otro compañero de la comisaría de San Andrés por el otro lado del puente y la sujetó». Cuando el agente la tuvo asegurada por un brazo, Raúl hizo lo mismo desde el otro lado y finalmente «entre todos los compañeros la pudimos pasar a una zona segura».

Protocolo de actuación

Raúl Pérez remarca que en eso momentos «lo que intentas es hacer preguntas abiertas y que ella olvide un momento lo que quiere hacer». Este es uno de los recursos que tienen, para que la persona que quiere suicidarse «esté pendiente a mi conversación para que si tiene alguna duda en ese momento ya no piense en el acto que quiere cometer».

Preguntas sencillas como ¿cómo te llamas?, ¿de dónde vienes? o ¿qué te pasa? sirven para generar esa duda y poder acercarse a la persona creando una confianza.

Raúl Pérez, agente de la policía nacional. Bárbara Garrote

Otra de las clave que utilizan es recurrir a algún familiar cercano que ayude a entablar esa conversación. Algo que en esta ocasión no se pudo llevar a cabo. «Teníamos un familiar cercano, pero que estaba con una crisis de ansiedad y lo tuvimos que separar porque sino se iba a comportar como parte del problema», remarca el agente.

Un trabajo coordinado

La alerta fue recibida en el Centro Inteligente de Coordinación Mando y Control (CIMACC) también conocida comúnmente como la sala del 091. Ahí se tiene un control absoluto de todos los coches y agentes de la Policía Nacional en tiempo real, por lo que el aviso se da sobre la patrulla más cercana a la zona. Desde la sala también se avisó a los agentes de la Comisaría de San Andrés, para que la intervención fuese lo más completa posible.

«Fue un acto de equipo, vamos entre que entra la llamada al 091 a que vinimos las dos patrullas pasaron no llegó ni a minutos», recuerda Raúl.

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