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Las mascarillas siguen siendo un elemento imprescindible para lograr el control de la pandemia de coronavirus. Tanto es así que en las últimas semanas se ha puesto sobre la mesa el debate sobre hacer que las mascarillas FFP2 sean obligatorias ya que tiene una ... capacidad de filtración mayor que las de tela, las higiénicas o las quirúrgicas. Sin embargo esa capacidad de filtración no es suficiente para asegurar que las mascarillas que utilizamos realmente nos protegen contra el coronavirus. Hay que tener muy en cuenta la calidad de ajuste que ofrecen.
La covid-19 puede transmitir al inhalar aerosoles, gotas que funcionan como pequeños proyectiles o al tocar superficies contaminadas. Como explica José Luis Jiménez, un profesor español en la Universidad de Colorado (EE UU), la opción de los aerosoles es la más difícil de suplir. «Para los aerosoles, las mascarillas son un filtro. El aire que inhalamos y exhalamos debe pasar por la tela del filtro. Al hacerlo, muchos de los aerosoles se quedan pegados en la tela», ha explicado en su cuenta de Twitter.
«La calidad de la tela para el filtrado quiere decir qué porcentaje de los aerosoles que pasan por allí se quedan pegados. Hay que entender que los filtros no son coladores o tamices. La física microscópica sorprende. Pueden atrapar aerosoles mucho mas pequeños que sus agujeros. Se ve que N95 / FFP2 filtran muy bien, las quirúrgicas también (pero ajustan mucho peor). Las de tela de 3 capas, o de dos capas con filtro en medio también filtran bien», ha añadido.
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Sin embargo, el experto ha explicado que la calidad de filtración no lo es todo. Una buena mascarilla también debe poseer una correcta calidad de ajuste a la cara. «Si hay huecos entre cara y mascarilla, al aire le es mas fácil ir por ellos. Un hueco del 2% del área de la mascarilla deja pasar el 50% del aire sin filtrar», ha detallado.
Por ello, considera que «el ajuste es un problema muy gordo para el uso de las mascarillas para la población en general». «Por huecos que nos parecen pequeños pasa la mitad de aire sin filtrar». Y para mostrarlo de una forma más gráfica, Jiménez ha compartido un vídeo en el que se pueden observar tres mascarillas. Las dos primeras —una N95 y otra quirúrgica— están mal ajustadas y tienen muchas fugas, mientras que la última ofrece un ajuste óptimo y no deja pasar aerosoles.
«Por esa razón dudo cuando hay gente que propone N95 / FFP2 para todos. Si se llevan mal, por su forma, pueden crear más huecos que las de tela buenas, y al final funcionar peor. Las FFP2 / N95 tienen un problema de diseño. El material se escoge para filtrar bien. Pero se le pide a ese mismo material que ajuste bien. Y eso es difícil», ha zanjado.
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