La plantilla del Centro Estrada se siente «ignorada» y valora protestas «más severas»

Con una marcha iniciada en la sede de Indra en León, en el Polígono X, y con destino a la sede de la Federación Leonesa de Empresarios (Fele), la plantilla del Centro Estrada mostró su malestar con las condiciones laborales de esta empresa y, ante todo, con la «inacción» de la empresa y la administración.

Por ello, se han concentrado, en primer lugar, frente a Indra, en una «escalada» de las reivindicaciones de la plantilla del Centro Estrada para «ver si nos hacen caso». «Son cómplices de lo que sucede en la dirección de la UTE de la que forman parte», ha expresado Carlos Vallaure, miembro del comité de empresa por UGT.

Después de casi dos semanas de huelga, la postura de la empresa sigue inamovible: «No parece suficiente para que la empresa se incline a sentarse con los trabajadores», ha indicado Jesús Marín, miembro del comité de empresa por CCOO.

Frente a Indra, 'armados' con silbatos, bocinas y petardos, han querido dejar claro que su lucha sigue pese a que no haya habido ni un mínimo movimiento desde la UTE CTDA para reunirse con ellos. «Es indignante. Nos han ignorado y nos miran como si no tuviéramos derecho a protestar. Estamos pidiendo algo justo para los trabajadores», ha afirmado Vallaure.

En este sentido, no sólo apunta a la UTE, también a las «multinacionales» que la conforman y a la administración. «Nadie se está planteando nada. La empresa está callado y no nos queda más remedio que pensar que es así porque la administración es cómplice, no aplicando las penalizaciones estipuladas en el propio pliego de licitación», ha aventurado Vallaure.

«Tendremos que tomar medidas más severas», ha añadido Marín, que ha reconocido que, durante esta semana, tendrá lugar una asamblea con los trabajadores para ver qué sucede con la movilización, puesto que las dos semanas de huelga acaban este domingo, 7 de abril.

«Esto no va a parar, eso lo tenemos claro. Hablaremos con los trabajadores para ver cómo actuar», ha apuntado Marín. «No sé si habrá que encerrarse, encandenarse o, lo que comentábamos a tono de broma, una huelga de hambre. Lo que está claro es que dos semanas de huelga no tienen efecto, la administración hace como si oye llover y se pone de lado de la patronal», ha lamentado.

«Es inadmisible», han coincidido los representantes sindicales, que prometen mantener la batalla con el afán de que la empresa tenga a bien sentarse con la parte social del Centro Estrada y negociar las reivindicaciones laborales y salariales de la plantilla: «Es un trabajo que afecta a todo el territorio nacional, que realiza millones de trámites y que se paga con el salario mínimo».