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En el cajón del Ministerio de Fomento -ahora llamado de Transportes y Movilidad Sostenible, Mitma para los más cercanos- tiene que existir un documento que se quedó a medio camino entre la ilusión y la realidad.
El Plan de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, que también tenía un acrónimo 'Pitvi', establecía la hoja de ruta para el desarrollo de proyectos, por parte del Gobierno de España, entre 2012 y 2024. Más de 300 hojas en las que se analizaba la situación de las infraestructuras del país y los ejes por los que se debían avanzar.
El propio Ministerio explicaba su plan como «necesario» para revisar la planificación estratégica del sistema de transporte y plantear un nuevo marco de referencia. Por ello creaba el Pitvi, un instrumento «a medio y largo plazo» con el horizonte de 2024. Con él se avanzaría conforme a «criterios de rigor económico y con un modelo de gestión eficiente y de calidad» hacia un transporte integrado, eficaz y sostenible que garantizara la «equidad y cohesión territorial».
Los esquemas que se presentaron desde la cartera del ministro Iñigo de la Serna, y que después heredó José Luis Ábalos, situaban a León como nodo estratégico del transporte por carretera y ferrocarril. Especialmente tenía una fuerte influencia la conexión entre León y Asturias, a través de una variante de Pajares que se logró culminar al límite de la vigencia del plan.
También establecía los objetivos de la alta velocidad ferroviaria que incluían el desarrollo de la línea León-Ponferrada-Monforte en base al informe que situaba las mercancías entre León y Galicia como una de las más importantes del país, con entre 150.000 y 250.000 toneladas transportadas al año. Ya en un lejano 2012 se iniciaba el proceso de estudio para recuperar el tren de la Ruta de la Plata, hoy estancado y sometido a un estudio -pero de viabilidad- para que el ministerio de Óscar Puente valore si procede a ejecutar una iniciativa que lleva décadas durmiendo el sueño de los justos.
La relevancia de León en el Pitvi de Fomento lo muestra en análisis realizando entre las ciudades más importantes del país en materia de transporte y entre las que se incluye a León. En este apartado se determina que la capital y su ámbito metropolitano registran el mayor porcentaje de trayectos a pie (un 64,9%), mientras que el transporte público solo era usado por un 5,6% y el 29,5 restante se desplazaba en la ciudad y entre municipios colindantes en moto y coche.
El documento detallaba diferentes actuaciones que planteaba en un programa de inversión para el transporte por carretera y ferroviario en el periodo 2012-2024. Entre ellas se señalaba el potencial ferroviario de la línea León-Galicia -a través de Ponferrada- y el tráfico por carretera entre León y Oviedo.
Como nuevas infraestructuras se planteaban tres conexiones de las que dos no existen y otra lo hace en una cuarta parte. Esta última es la A-60, la autovía entre León y Valladolid, que en 2018 inauguraba su último tramo en la provincia leonesa. Y las que siguen sin aparecer en los mapas de carreteras son la A-76, entre Orense y Ponferrada, y el desdoblamiento como autovía de la N-630, entre La Robla y León.
En materia de acondicionamiento de la red convencional sí se ha actuado sobre la N-625, entre Asturias y León, una carretera que ha sufrido desprendimientos que la han mantenido cortada durante meses.
También se ha ejecutado la circunvalación de León que conecta la A-60 con la Ronda Este (LE-20) y el Acceso Sur (León-Cembranos) paralela a la N-630. En este sentido, se encuentran a medio camino los pasos inferiores de la Ronda Este: ejecutado el de Universidad, en proyecto el de La Granja y sin hacer el de Hospitales.
En la red convencional de transporte por ferrocarril aparece un eterno proyecto sin desarrollar como es el de la plataforma logística de Torneros-Grulleros, estacando entre trabas burocráticas a pesar de su presentación a bombo y platillo hace tres años; tampoco se sabe nada de la instalación logística de El Bierzo. Sí que se ha avanzado en la reposición de la red convencional León-A Coruña y la Bilbao-León (Feve), aunque ambas sin cumplir con sus pretensiones de alta velocidad o llegada de la vía estrecha al centro de la ciudad.
Resulta sangrante el apartado que el informe recoge sobre nuevas inversiones en alta velocidad. En este epígrafe marca como primer hito la línea Madrid-Galicia con el ramal León-Ponferrada-Monforte, cuyo tráfico finalmente se ha desviado hacia Zamora y borrado del mapa este objetivo, que mantiene como última esperanza otro estudio de viabilidad para romper con el retraso del lazo del Manzanal. Entre las promesas incumplidas aún está el tramo en alta velocidad entre León y La Robla.
Se han producido avances en la variante de Pajares, ya concluida, y y el tramo León-Venta de Baños que espera la doble vía a ejecutar durante este 2025.
Y en 2012 ya se hablaba de «conexión en estudio en el horizonte del plan» para referirse a «otras actuaciones» como la línea León-Plasencia, conocida como Ruta de la Plata, que en estos momentos sigue en estudio, de viabilidad, para saber si tiene un posible futuro con vistas a la década de los 40.
Las dos últimas actuaciones que contemplaba el informe en la provincia sí que han visto la luz: por un lado, la accesibilidad de la estación de Ponferrada; y por otro, la actuación en la integración urbana del ferrocarril en León, aunque con un proyecto más reducido, y barato, que el contemplando en un primer momento.
Todo ello arroja un resultado de ocho actuaciones ejecutadas sobre las 17 que la provincia de León esperaba de un Pitvi que concluía en 2024 con menos de la mitad de las infraestructuras hechas.
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