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León
Martes, 28 de enero 2020, 12:39
Los hechos ocurrieron el pasado 17 de julio de 2018. Eran minutos después de las 21:30 horas cuando una joven se dirigía como cada día desde su puesto de trabajo a su vivienda, en una calle del centro de León capital.
En ese momento, ... supuestamente, el acusado J.B.R. -un reiterado delincuente que se encuentra en prisión por varios delitos de tráfico de drogas, robos y estafas- esperaba en la puerta y aprovechó que la víctima entraba en el portal para acceder tras ella y arrinconarla en el momento en el que llamó al ascensor. Fue entonces cuando, según ha narrado la mujer, la amenazó de forma reiterada con acuchillarla, mientras portaba un objeto punzante, y la llevó hasta la zona de contadores, donde él se bajo los pantalones y el calzoncillo, la obligó a arrodillarse y le pasó el pene por la cara hasta introducírselo en la boca. En ese momento, la víctima le ofreció dinero y sus pertenencias, cogiéndole un 'Iphone' y una cartera con 60 euros en efectivos. La luz se apagó y la joven aprovechó para escapar, logrando zafarse del agresor, quien huyó del lugar.
Estos son los hechos que la Audiencia Provincial de León ha juzgado este martes en una única sesión que ha contado con las declaraciones del acusado, de la víctima y de diferentes personas que intervinieron en el momento posterior a esta agresión.
J.B.R., ha defendido su inocencia mostrándose confuso, asegurando no recordar muchas cosas de las ocurridas durante esas horas e insistiendo en que todo se debe a un error en el reconocimiento por parte de la víctima.
El presunto agresor se encontraba aquel día ingresado en el centro Reto donde, tras mantener una discusión con otro usuario, decidió abandonarlo para, según ha afirmado, irse a tomar una cerveza e irse en bus a Palencia, tratando de descartar así su presencia en la céntrica calle de León capital.
«En mi vida he tocado a una mujer, en mi vida lo hice ni lo haré», ha reiterado ante el juez, al mismo tiempo que reconocía haber cometido otros delitos como tráfico de drogas, robos y estafas, motivos por los cuales se encuentra actualmente en prisión. «Pago por hacer cosas, tengo amigas para ello, pero nunca he agredido sexualmente». «Hay un error, no me carguen a mí el muerto de lo que no he hecho», ha manifestado.
El acusado ha justificado su inocencia insistiendo en que tiene «una cara muy confundible, parecida a la de otro», hecho que por tercera vez, como ya hiciera en fotografías, en una rueda de reconocimiento, y esta misma jornada en la Audiencia, ha descartado la víctima, quien a instancias del presidente de la Sala ha vuelto a asegurar que él fue la persona que la intimidó en el portal la noche de autos.
Con voz quebrada y al borde del llanto, la víctima ha hecho el ejercicio de recordar lo sucedido aquella noche y afirmó que «sin ninguna duda» la persona que se encontraba en la sala había sido la autora de los delitos que se le acusan.
La mujer, que tuvo que someterse posteriormente a un tratamiento psicológico tras sufrir conductas patológicas, afirmó sentirse intimidada por el varón. «Me decía que no chillara, que si lo hacía me iba a acuchillar. Sabía que si intentaba escapar o rebelarme me iba a matar», ha declarado.
Los agentes que intervinieron posteriormente en el lugar de los hechos reconocieron que la víctima se encontraba «aterrada, con la voz entrecortada» y encontraron «coherente» la argumentación aportada instantes después del intento de agresión sexual. Del mismo modo, las investigaciones no lograron aportar ninguna huella de J.B.R. En el portal ya que de las cinco encontradas: dos no tienen valor, dos son anónimas y la otra pertenecía a la propia víctima.
La fiscal ha mantenido la solicitud de su pena, que se eleva hasta los cinco años por agresión sexual en grado de tentativa, y siete más de libertad vigilada, así como cuatro años por robo con violencia e intimidación, con el agravante de reiteración, además de un pago a la víctima de 1.350 euros.
Por su parte, la acusación solicitará penas más altas hasta los 14 años al entender que hubo violación consumada y cinco años por robo con intimidación y violencia. Mientras, la defensa insiste en la libre absolución de su cliente al entender que no fue el autor material de la agresión en el portal.
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