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Los intentos de suicidio se han incrementado en un 46% en la provincia de León desde el confinamiento por la pandemia. S.M.
Suicidio en León | Los datos

378 personas han intentado quitarse la vida este año en León, un 46% más que antes del confinamiento

Los intentos de suicidio en la provincia se han incrementado un 46% desde el confinamiento por la pandemia de 2020 | No todas las alertas registradas por el servicio de Emergencias del 112 son suicidios consumados, pero el aumento de tentativas autolíticas experimenta un alarmante ascenso año tras año | Las cifras, para algunos infradatadas, son demoledoras: alrededor de medio centenar de muertes voluntarias cada año sólo en León

Susana Martín

@susamarting

Jueves, 25 de agosto 2022, 08:11

Suicidios, la otra pandemia silenciosa y silenciada. Un caso estremecedor de esta misma semana en la capital leonesa: varón, 89 años, se tumba en la cama y se clava un cuchillo de grandes dimensiones en el hemitórax izquierdo «con intención de quitarse la vida». No ... cuenta mucho más a los sanitarios. Su mujer llora. No es el único caso atendido por el servicio de Emergencias del 112 en las últimas semanas. Tristemente, hay muchos otros: Mujer, 58 años, tuvo un disgusto personal, «no podía más» y mezcló rivotril con alcohol. Varón, 46 años, «quería acabar con todo» y tomó benzodiacepinas y alcohol. Mujer, 19 años, tenía «persistentes ideas de muerte» y decidió ingerir importantes cantidades de ansiolíticos y tranquilizantes «y todo lo que encontró».

Son sólo cuatro de las decenas de casos registrados este verano en León. Los cuatro viven: fueron atendidos por el 112, derivados al Hospital y valorados por los servicios de Psiquiatría. Ninguno consiguió quitarse la vida, y seguramente todos ellos necesitarán apoyo psicológico para tratar su salud mental.

Menos suerte tuvo hace unos días un varón de 36 años que mezcló cocaína con alcohol y se ahorcó en un árbol de San Román de los Caballeros. Alguien da aviso del suceso, y cuando llega un helicóptero medicalizado aún vive. Pero su caso engrosa ya la lista de suicidios consumados de la provincia. Son muchos más.

Un reguero de casos

En lo que va de año, desde el 1 de enero hasta el 15 de agosto, el reguero de casos es continuo y desolador. El servicio de Emergencias 112 ha registrado en León al menos 378 intentos de suicidio, que figuran en la categoría de «Intento de suicidio/suicidio», una cifra que sube hasta los 2.351 en el conjunto de Castilla y León.

Según explican desde el departamento de Prensa del 112, bajo este epígrafe se incluyen todo tipo de incidentes, «desde llamadas que comunican esa intencionalidad sin ningún tipo de consecuencias, las falsas alarmas, hasta incidentes en los que se producen lesiones o el propio suicidio, que son las minoritarias». No existe un desglose de todos los incidentes en subcategorías que permita mostrar de forma más clara lo que ocurre en este tipo de incidentes, muchas veces desde el 112 no se tiene conocimiento de la resolución de los incidentes. «Se traslada la llamada al personal sanitario como organismo encargado de su resolución y es por tanto éste el que conoce el resultado», aclaran.

Los métodos son variados: ahorcamientos, precipitación al vacío, ingesta de medicamentos, autolesiones con arma blanca, impactos voluntarios contra otro vehículo, inhalación de monóxido de carbono…

«Aún me estremezco»

H. G. ha sido testigo involuntario de dos suicidios consumados en apenas un mes. En julio, una anciana de su edificio se tiró desde un sexto piso al patio interior. El impacto contra el suelo reunió a muchos vecinos en las ventanas. «Aún me estremezco cuando oigo golpes fuertes», cuenta. Unos días antes, presenció cómo un vehículo se abalanzaba contra un camión en una carretera de la provincia. «El hombre murió, la camionera tuvo un ataque de ansiedad», recuerda, «supimos que fue un suicidio porque el hombre dejó una carta a su familia».

A lo largo de 2021 se registraron en la provincia leonesa al menos 540 intentos de suicidio, 3.047 en toda la comunidad. En 2020, 464 intentos autolíticos en León y 2.481 en Castilla y León. Los datos evidencian una subida a partir de la pandemia de 2020. Así, el aumento hoy es de un 46,5% sobre las cifras registradas en 2019: 419 intentos en León y 2.180 en la comunidad.

La ingesta y mezcla de medicamentos es uno de los métodos más utilizados en los intentos autolíticos. S.M.

Si vamos más atrás en el tiempo, los números son aún más terroríficos. Desde el primer año en que se registran estos sucesos en el 112 (2009), los intentos autolíticos han experimentado un 75,3% sólo en León. Hubo 308 tentativas ese año, y 1.658 en Castilla y León. Desde 2009, el incremento de las cifras es imparable.

Estadística devastadora

Cualquiera de estas estadísticas registradas da una idea devastadora de una tendencia preocupante que se ha recrudecido desde la pandemia del coronavirus y el confinamiento de la población. Personas de todas las edades que podían más, hombres y mujeres que no conseguían hallar consuelo a sus problemas, y al menos 378 leoneses optaron por la vía más terrible para calmar su sufrimiento.

Aún no hay cifras de cuántos de los 378 casos autolíticos de este año en León terminaron con resultado de muerte, pero las estadísticas del INE arrojan cifras devastadoras que desde hace años rondan medio centenar al año sólo en León. En 2020, 34 hombres y 15 mujeres decidieron quitarse la vida en la provincia y lo consiguieron.

Los intentos autolíticos en León

Y detrás de cada caso, con resultado de muerte o no, la historia de familias rotas que convivirán con la tristeza y la sensación de inconsolable culpa de por vida. Así es el suicidio. Una epidemia silenciosa y silenciada. Una sangría de casos de un tema tabú del que nadie quiere hablar. Pero ahí está para arrasar mentes heridas que no pudieron más. Para destrozar las vidas de todos a cuantos afecta: familiares, amigos, conocidos. Llámemoslo por su nombre. Una palabra maldita: suicidio.

Según estimaciones basadas en la OMS, que estudia estos fenómenos, en España se suicidan 11 personas al día y por cada suicidio consumado hay otras 200 tentativas diarias. No hay datos leoneses, pero echen cuentas de un oscuro panorama que sigue siendo un tabú. Es otra epidemia. Otra epidemia terrible y silenciosa. Un reguero de historias dramáticas que destroza familias enteras y que hasta no hace mucho ha sido silenciado por todos. «Los suicidios no los publicamos», imperaba en las redacciones.

La OMS urge medidas de prevención

Algo ha cambiado, o intenta hacerlo. La Organización Mundial de la Salud urge medidas de prevención y apuesta por una crucial labor desde los medios de comunicación. Ocultar una realidad social tan bestial no es la solución y quizá sólo sirve para agudizarla. Los planes de prevención, la atención a la maltrecha salud mental de la población (especialmente tras el confinamiento y las consecuencias de la pandemia del coronavirus) y una comunicación transparente sobre el asunto son cruciales para intentar doblegar unas estadísticas que ponen los pelos de punta.

En una reciente entrevista en El Mundo, el presidente de la Sociedad Española de Suicidología, Andoni Anséan, presidente también de la Fundación Española para la Prevención del Suicidio, hablaba alto y claro: «El suicidio debería ser ya una cuestión de Estado». Anseán, uno de los mayores investigadores de un fenómeno que suma 80.000 intentos de suicidio al año en España, habla sin tapujos: «Es un problema humano y social, colectivo e individual que trasciende a la salud mental, a lo sanitario, a lo social, a lo educativo, a lo periodístico, a lo institucional... El suicidio no es culpa de nadie, pero es responsabilidad de todos, Administración incluida». Una cuestión de Estado, remarca.

Por si fuera poco, son muchos más de los que aparecen en las tablas oficiales. La Guardia Civil, recordaba Anseán, calcula que el 5% de los accidentes de tráfico son, en realidad, suicidios, pero la consideración judicial para que una muerte sea suicidio es muy estricta. «En lo que va de siglo XXI, las defunciones accidentales han aumentado en España un 240%, e intuimos que en ese dato hay un volumen importante de suicidios, nunca desde 1906 hubo tantos…».

La realidad, en el foco

Hablar de suicidio no es hablar de morbo ni de detalles escabrosos. Para la OMS, hablar de suicidio es poner en el foco una realidad que lanza datos alarmantes desde hace años. La OMS remarca que el suicidio es una prioridad para la salud pública. En 2014 se publicó el primer informe mundial de la organización sobre esta cuestión, 'Prevención del suicidio: un imperativo global', con objeto de aumentar la sensibilización respecto de la relevancia del suicidio y los intentos de suicidio para la salud pública, y para otorgar la máxima prioridad a su prevención en los programas mundiales de salud pública. Con este informe, se procuró alentar y ayudar a los países a elaborar o reforzar estrategias integrales de prevención del suicidio en el marco de un enfoque multisectorial de la salud pública. La cosa va lenta, lentísima.

En España no hay un plan nacional que aborde un drama que arrastra cada día a once españoles. El suicidio es la principal causa de muerte violenta entre menores de 40 años. Hablamos de accidentes de tráfico, hablamos de violencia de género, pero se silencia todo lo que tenga que ver con el suicidio, un tabú que sigue estigmatizando a las familias que tristemente pasan por un episodio cercano tan espantoso como es que alguien decida quitarse la vida.

El plan de la Junta

El suicidio es la primera causa de muerte externa en Castilla y León, por encima de los accidentes de tráfico, tal y como reconoce el consejero de Sanidad de la Junta, Alejandro Vázquez. En esta comunidad, los suicidios representan el 0,8 por ciento de las muertes, duplicando en número a los accidentes de tráficos y multiplicando por cinco las cifras de asesinatos por violencia de género.

A estos datos se refería hace unas semanas el consejero de Sanidad durante la apertura de la jornada 'Estrategia de prevención de la conducta suicida en Castilla y León', sobre el papel de los medios de comunicación para prevenir este problema de salud pública. Vázquez instaba a los medios a colaborar en su prevención, «como están haciendo con la violencia de género».

El consejero habló de la necesidad de hablar de suicidio, «pero con mensaje medidos que no inciten ni fomenten esta conducta en personas con problemas y anunció que «en breve» saldrá una guía para profesionales de la información «que pueda servir como asesoramiento para abordar este problema de salud pública».

Estrategia para la prevención

Vázquez ha recordado recordó además la Estrategia para la Prevención de la Conducta Suicida en Castilla y León para el período 2021-2025, que marca la formación y la prevención como uno de sus ejes. Es una actuación conjunta de las consejerías de Sanidad, Educación y Familia para trabajar de forma conjunta en la identificación de la ideación y las tentativas de suicidio.

Vázquez recordó que la tasa de suicidios en hombres «es tres veces mayor que la de la mujeres, aunque ellas llevan a cabo un mayor número de tentativas de suicidio». Entre los factores, señaló, entre otros, «la desesperanza, los trastornos mentales, la pérdida de alicientes, los problemas económicos o la ausencia de apoyo social o familiar».

El teléfono 024

El Ministerio de Sanidad puso en marcha el pasado mes de mayo el teléfono 024, el número de atención que ha puesto en marcha el Gobierno bajo la gestión de Cruz Roja para ayudar a personas con riesgo de conducta suicida.

Se trata de una línea nacional, anónima, gratuita, confidencial y accesible a todos que ofrece atención y apoyo por medio de personal especializado de perfiles multidisciplinares y expertos en el manejo de estas situaciones.

Asimismo, facilita la información necesaria para que puedan acceder a los servicios sanitarios especializados más adecuados a su situación personal. Desde hace años, la puesta en marcha de este número público, similar al 016 para la atención a víctimas de violencia de género, era una reivindicación de expertos y asociaciones contra el suicidio.

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