Secciones
Servicios
Destacamos
Ahogados, desesperados y con la sensación de ser ignorados por todas las administraciones por su carácter minoritario. Así se sienten las panaderías de León, las cuales se han visto especialmente afectadas por la subida de los costes de la energía y las materias primas. ... En la jornada de este pasado martes, se convocó en toda España un apagado simbólico de los hornos para demandar soluciones al Gobierno ante los elevados costes de producción.
La principal reivindicación es la reducción del IVA en la electricidad y los combustibles, principales responsables del incremento de los gastos y la reducción de los beneficio en el sector de las panaderías. Carlos Vida, presidente de la Asociación de Fabricantes de Pan en León, indica que el gasto eléctrico de una panadería como la que él regenta «ha pasado de 3.000 a 11.000 euros al mes». Una diferencia «inasumible» y que «tampoco se puede trasladar al cliente», ya que de ser así el pan habría duplicado su precio con un subida del «100%».
El coste de este alimento básico ha experimentado dos subidas durante el pasado 2022, durante la primavera y en noviembre, con un incremento anual entre el 10 y el 15%. «Somos poquitos y no nos escuchan, ni en la Junta de Castilla y León ni en el Gobierno», comenta resignado Carlos Vidal.
El sector de la industria de fabricación y venta de panadería en la provincia abarca alrededor de 360 empresas y un millar de trabajadores. En su mayoría se trata de pequeños negocios propiedad de empresarios autónomos. Quizás, esto fuera la primera razón por la cual «no tuvo un gran seguimiento» el apagado simbólico de los hornos que se llevó durante la mañana del pasado martes en los hornos panaderos de toda España. «Lo cierto es que muy poquitos han seguido adelante con la reivindicación», confirma el presidente de la Asociación de Fabricantes de Pan.
El sector cerró su nuevo convenio colectivo el pasado viernes 30 de diciembre. Un acuerdo que se extenderá hasta el año 2025 y que contempla una subida salarial del 14% repartida en los diferentes ejercicios firmados.
Un sector que va a menos en la provincia, especialmente en los pueblos, donde el oficio de panadero itinerante está desapareciendo, máxime cuando las condiciones económicas son tan duras como las actuales. «Antes una panadería que trabajase en el medio rural atendía entre ocho y 12 pueblos; ahora nadie quiere, el margen de beneficios es escaso, por lo que nadie está cogiendo el testigo de los panaderos de los pueblos que se han jubilado en los últimos años», explica Carlos Vidal.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.