Pablo Álvarez se enfrenta al entrenamiento más intenso para viajar al espacio

En el entrenamiento la máquina comienza a girar lentamente para ir aumentando la velocidad hasta alcanzar los 6G, es decir, «seis veces la gravedad de la Tierra», explica Álvarez, que se prepara para, en próximas sesiones, subir hasta los 8 o 9G.

En la publicación en sus redes que acumula cientos de 'me gustas' y comentarios el astronauta comparte las sensaciones intensas que vivió durante los 15 minutos que estuvo dentro de la centrifugadora. «Sentí una gran presión en el pecho y en la cabeza, como si me aplastaran con una tonelada de peso. Respirar se hace difícil, pero también es muy emocionante y la sensación es de estar realmente en un cohete», explica.

Estos entrenamientos son una parte fundamental para los astronautas que deben prepararse para las condiciones extremas que experimentarán en el espacio. «Nos ayudan a adaptarnos a los cambios de gravedad y a resistir el estrés físico y mental», sigue Pablo Álvarez.

A la salida de la centrifugadora, el leonés experimentó una de las «peores sensaciones» de toda la experiencia. «Cuando desacelera sientes que estás dando volteretas hacia delante. Es un efecto normal por cómo reacciona el sistema vestibular, pero quizá una de las peores sensaciones», concluye.