Oteruelo pide a la Junta que las empresa «que no quepan en Boecillo» lleguen al parque tecnológico

Hoy en día, con 275 vecinos censados y 425 habitantes, Oteruelo sufre el azote de la despoblación, y su pedáneo 'tira de las orejas' a la Junta de Castilla y León, a quien ofrece el cercano parque tecnológico de León para las empresas «que ya no caben en Boecillo». Y de ello, se podría beneficiar su pueblo, ya que plantea a los trabajadores que «vengan a vivir aquí, podrían hacer su casina. A lo mejor viven en Ordoño o Cantamilanos, y pueden hacer su vivienda ahí y asentar su vida».

Para ello, Bernardo también pide modificar el Plan de Ordenación Urbana y que los alrededores de la localidad sean urbanizables, de esa forma los jóvenes oterolenses podrían «hacer una casina, en el terreno de su padre o de su abuela, o que lo compren». Para ello no dudará en dirigirse al alcalde de León, a quien exigirá que cumpla con su promesa de aumentar en 10.000 euros la subvención. «José Antonio que no piense que vamos a pedir, vamos a exigir nuestros derechos, que hemos perdido con el paso de los años», en los que la ayuda ha descendido hasta los 55.000 euros de este 2019.

Y es que la pedanía tiene muchos gastos y todos suman el 31 de diciembre, fecha a la que el dinero en caja apenas llega. Bernardo reconoce esas dificultades a la hora de hacer una pequeña obra, y no le queda otra que ir a pedir a sus «compañeros» del equipo de gobierno «como si fuera un pedigüeño».

La histórica reivindicación de Oteruelo, desde hace más de una década, sigue siendo el acceso. La rotonda conocida como 'de la Mina Santa Bárbara' -en la avenida de Portugal- se mantiene en el olvido de las administraciones, y no será por los intentos de Bernardo Sánchez por conseguir un acceso digno al pueblo. «Lo que pretendo, en lo que queda, es conseguir esa rotonda tan deseada que llevo diez años pidiéndola. Ya he ido a Madrid, a Fomento, hablé con una persona que 'ya no está en el convento' y quedó en llamarme, y no me llamó». También le gustaría contar con un polideportivo en condiciones o unas pistas de tenis cubiertas y con asientos.

Pero no es el único que se queja. También un vecino nos recuerda que les tienen «olvidados de la mano de Dios»; por ello, el pedáneo tiene clara su lista de necesidades básicas y aquello que permitiría mejorar este rincón del alfoz. Espera mantener un pueblo con buena limpieza, buenos jardines, buenas luminarias y que la gente que vaya por la calle no se tropiece; también tener unos viales de salida y entrada a Oteruelo buenos y tener lo deseado: una conexión con la Ronda Sur para no tener que volver por la zona del Matadero de León.

Un simple paseo por Oteruelo de la Valdoncina, en el que nos encontramos con un veterano pastor y un vecino que va a llevar unas flores a la iglesia, sirve para comprobar el buen estado de la localidad del que presume su alcalde.

Atravesamos una zona peatonal mientras vemos un pueblo encantador y limpio, algo que agradece al nuevo gobierno y al anterior, y de lo que también él saca pecho.

Y la visita acaba en su mayor orgullo, en un lugar donde desconectar y desde donde los vecinos de Oteruelo vigilan a todos los leoneses. Lo llaman popularmente el 'balcón de León'. «Desde aquí divisamos la Candamia, Ordoño II y hasta veo salir y todo al alcalde de Ordoño desde aquí. Es un orgullo y un placer tener un pueblo como Oteruelo, tan precioso».

Bernardo se despide de nosotros no sin antes dejarnos su dedicatoria plasmada en el libro de Matías Díez Alonso en el que cuenta la historia de 'Oteruelo de la Valdoncina y su entorno', un rincón desde el que mirar a León, vivir en tranquilidad y poder disfrutar de los equipamientos de una ciudad estando en lo alto de un otero.