Oro, incienso, mirra y lluvia de Oriente para los niños de León

La lluvia no logró empañar la mirada de ilusión de miles de niños y niñas leoneses que como cada tarde del 5 de enero llenaron las calles de su ciudad para cruzar un instante sus ojos con los de Melchor, Gaspar y Baltasar.

Con el frío habitual para estas fechas en León y la lluvia como antagonista de una jornada mágica, pajes, animales, y hasta bomberos se concentraban frente al Auditorio de la capital para dar inicio a un recorrido por un centro abarrotado de vecinos.

Fantasía y color daban vida a la noche ya oscura. Aves blancas y azules abrían un desfile que este año ha contado con compañías extranjeras de primer nivel, como Close Act de Países Bajos o Apus de Reino Unido. Detrás, un imponente elefante de luz iluminaba las caras extasiadas de los niños que esperaban impacientes la llegada de Sus Majestades de Oriente.

Tampoco faltaron otros animales, en este caso hechos de globos. Las jirafas creadas con hasta 200 globos inclinaban sus cabezas para saludar a los pequeños y dar paso a otra de las seis carrozas que participaron en la cabalgata.

Las piruletas son otro imprescindible de esta fiesta de Navidad. A bordo de un camión escalera de Bomberos Magirus de 1963 que hizo las delicias de los amantes del motor, una dotación de bomberos encendió la llama de la ilusión en los pequeños. En total, se repartieron más de 100.000 piruletas entre 250 actores, figurantes y voluntarios.

Y llegaba el turno de las tres personas más esperadas. Melchor, con su barba blanca, saludaba a sus fans que coreaban su nombre a su paso. Detrás pajes reales entregaban piruletas y lanzaban confeti. Le seguía Gaspar, que con música y más alegría daba el paso a Baltasar, siempre con el ritmo por bandera y el paje más animado de la noche.

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